La recaptura de Adolfo Macías Villamar en Manta, Manabí, marca un hito en la lucha contra el narcotráfico en Ecuador, mientras se prepara su extradición a Estados Unidos.
La recaptura de Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de la banda criminal Los Choneros, ha generado una gran atención en Ecuador y la comunidad internacional. El operativo, que duró 10 horas y no dejó bajas, se llevó a cabo en una vivienda ubicada en el límite entre Manta y Montecristi, Manabí. Los militares hallaron a “Fito” escondido en un búnker subterráneo equipado con aire acondicionado, ventilador, refrigeradora y una cama. El acceso al búnker era mediante una tapa de concreto de unos 50 centímetros en el piso.

“Fito” es acusado en Estados Unidos de siete delitos internacionales, incluyendo conspiración para la distribución internacional de cocaína, uso de armas de fuego para promover el narcotráfico, contrabando de armas de fuego desde Estados Unidos y conspiración para la compra de armas de fuego a través de testaferros. La justicia estadounidense lo describe como un “líder despiadado y prolífico narcotraficante” de una organización criminal transnacional.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, confirmó la captura de “Fito” desde su cuenta en X, donde felicitó a las fuerzas del orden por su labor. “Caerán más. Recuperaremos el país. Sin tregua”, declaró, aludiendo a la lucha contra el crimen organizado. Noboa también señaló que las leyes de Solidaridad e Inteligencia, aprobadas este año, fueron clave para lograr la captura de “Fito”.
El ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, destacó que “nada ni nadie está por encima de la ley”. El ministro del Interior, John Reimberg, calificó la operación como exitosa y señaló que el Bloque de Seguridad, integrado por Fuerzas Armadas y Policía Nacional, fue fundamental para dar con el paradero de “Fito”.
Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, es originario de Manta, Manabí. Desde 1998 comenzó su carrera criminal con actividades de microtráfico. En 2003, su banda Los Choneros se apoderó de la ruta del tráfico de drogas en Manabí. Su poder se extendió hasta convertirse en el líder máximo de los Choneros tras las muertes de sus predecesores alias “Rasquiña” y “JR”.

Mientras estaba en prisión, “Fito” ejerció un control interno importante del centro penitenciario. Tenía acceso a todo tipo de facilidades, desde celebraciones con músicos y pirotecnia hasta grabar videoclips de narcocorridos. Incluso llegó a graduarse de abogado en prisión. Su fuga de la Cárcel Regional de Guayaquil en enero de 2024 desató una ola de violencia en Ecuador, incluyendo atentados con explosivos, enfrentamientos entre grupos criminales y tensión en las cárceles.
El gobierno del presidente Daniel Noboa declaró el estado de conflicto interno armado y catalogó a Los Choneros como una organización terrorista. La búsqueda de “Fito” se intensificó con la habilitación de líneas de comunicación para recibir información sobre su paradero y la realización de allanamientos a propiedades vinculadas a la banda.
Las autoridades también revelaron que “Fito” creó tres esquemas familiares para ingresar al sistema financiero al menos USD 13 millones producto del narcotráfico y otros delitos. Entre los familiares detenidos constan su hermano Yandri Macías Villamar, su pareja sentimental Verónica B., y sus padres. La red adquirió 104 vehículos y 46 bienes inmuebles, y se vinculó a cuatro empresas creadas por familiares del capo.
La captura de “Fito” representa un momento crucial en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Ecuador. Sin embargo, este logro no debe ser visto solo como el fin de una búsqueda, sino como un punto de partida para abordar las raíces profundas de la violencia y la inestabilidad que afectan al país. La extradición de “Fito” a Estados Unidos, donde enfrenta cargos graves, enviará un mensaje claro de que la impunidad no tiene cabida. Mientras tanto, las autoridades ecuatorianas deben continuar fortaleciendo su sistema penal y de seguridad para evitar futuras fugas y garantizar que los delitos no queden impunes.
La historia de “Fito” sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrenta Ecuador en su lucha contra el crimen organizado. Mientras el país celebra este logro, es fundamental mantener la atención en las políticas y acciones que garantizarán una sociedad más segura y justa.
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