El presidente acusó a la oposición de favorecer a Corea del Norte, mientras expertos advierten sobre las implicaciones democráticas.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, declaró inesperadamente la ley marcial este martes, argumentando la necesidad de contrarrestar a “elementos pro-Corea del Norte” que, según él, están desestabilizando el país. La medida, anunciada en un discurso televisado, sorprendió tanto a la opinión pública como a sus propios aliados políticos.
Yoon justificó su decisión señalando que “fuerzas antiestatales” en la Asamblea Nacional estaban paralizando al gobierno mediante recortes presupuestarios e intentos de destituir a funcionarios clave. Con promesas de “reconstruir y salvaguardar” Corea del Sur, el presidente afirmó que eliminaría cualquier amenaza contra el sistema democrático liberal. Sin embargo, expertos cuestionaron la validez de sus acusaciones, señalando que sus declaraciones son una exageración destinada a consolidar su poder.
Andrei Lankov, director de Korea Risk Group, señaló que la etiqueta “pro-Corea del Norte” suele ser utilizada para deslegitimar a críticos del gobierno, subrayando que “el 90 % de los acusados simplemente defienden una política más conciliadora hacia Pyongyang”. Esta caracterización, según Lankov, refleja más un intento político que una amenaza real.
El impacto inmediato de la ley marcial incluyó la censura mediática y la prohibición de actividades políticas, generando protestas masivas en Seúl. La incertidumbre sobre si las fuerzas militares obedecerían las órdenes de Yoon aumentó la tensión, especialmente ante la posibilidad de violencia. John Lee, editor de Korea Pro, advirtió sobre el riesgo de enfrentamientos, dependiendo de la lealtad del ejército y la policía hacia el presidente.
Además, la decisión de Yoon podría deteriorar la relación con Estados Unidos, un aliado estratégico. La administración Biden probablemente desapruebe esta medida, mientras que la postura del futuro gobierno de Trump es incierta. Expertos como Frank Aum predicen que Washington pedirá calma y un retorno al proceso democrático, pero no descartan la posibilidad de fricciones diplomáticas significativas.
El Parlamento surcoreano votó posteriormente para bloquear la declaración de ley marcial, invocando su autoridad constitucional para revocar la medida. Este paso representa un desafío directo al poder de Yoon y podría marcar el inicio de su declive político. Karl Friedhoff, del Chicago Council on Global Affairs, consideró que esta maniobra es “el fin de la presidencia de Yoon”, debido a su frágil mayoría en la Asamblea Nacional, que ahora parece insostenible.
La polarización social y política en Corea del Sur amenaza con desencadenar enfrentamientos mayores en los próximos días, mientras la población se prepara para defender sus libertades democráticas. ¿Logrará Yoon mantener su control o será esta su caída definitiva frente a una sociedad que defiende la democracia?
Fuente: prensa.ec
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