Un Congreso dividido entre ADN y Revolución Ciudadana en un escenario de incertidumbre política

Los resultados electorales confirman un Legislativo fragmentado, sin mayorías claras, y desafíos para la gobernabilidad en Ecuador.

La nueva Asamblea Nacional de Ecuador, que se instalará en mayo de 2025, refleja un panorama político polarizado y sin mayorías definidas. Con ADN y Revolución Ciudadana como fuerzas predominantes, pero sin alcanzar los 76 escaños necesarios para controlar el Legislativo, el país enfrenta un escenario de negociaciones complejas y posibles bloqueos. ¿Podrá el próximo presidente gobernar en medio de esta división?

Un Congreso dividido entre ADN y Revolución Ciudadana en un escenario de incertidumbre política

Los resultados preliminares de las elecciones del 9 de febrero de 2025 confirman que la próxima Asamblea Nacional estará dominada por dos fuerzas políticas: Acción Democrática Nacional (ADN), del presidente Daniel Noboa, y Revolución Ciudadana (RC), el movimiento liderado por el correísmo. Sin embargo, ninguna de las dos logró la mayoría absoluta, lo que plantea un escenario de incertidumbre y negociaciones constantes para aprobar leyes clave.

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Según los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), con más del 70% de actas escrutadas, ADN obtendría 66 curules, mientras que Revolución Ciudadana alcanzaría 65. Pachakutik, por su parte, logra un pequeño bloque de 8 asambleístas, y el Partido Social Cristiano (PSC) queda prácticamente fuera de la contienda con apenas 5 escaños. Movimientos locales y alianzas minoritarias completan el resto, pero su influencia será marginal.

Esta conformación contrasta con la Asamblea de 2023, donde ADN comenzó como una fuerza minoritaria pero logró crecer mediante los llamados “camisetazos” (cambios de bancada). En esta ocasión, la polarización entre ADN y RC parece más definida, lo que dificultará la formación de alianzas estables. Además, la ausencia de una mayoría clara obligará al próximo presidente a negociar cada iniciativa legislativa, ya sea con RC o con los bloques menores.

Un Congreso dividido entre ADN y Revolución Ciudadana en un escenario de incertidumbre política

La falta de una mayoría sólida en la Asamblea Nacional plantea serios desafíos para la gobernabilidad. El presidente electo, que se definirá en la segunda vuelta del 13 de abril, tendrá que enfrentar un Legislativo fragmentado y altamente politizado. Esto podría traducirse en bloqueos legislativos, demoras en la aprobación de reformas y un mayor énfasis en la negociación política.

Por otro lado, la presencia de Pachakutik como tercera fuerza podría convertirse en un factor clave. Aunque su bloque es pequeño, su alineación con ADN o RC podría inclinar la balanza en votaciones cruciales. Sin embargo, su historial de independencia política sugiere que no será fácil cooptarlos.

En el ámbito regional, ADN también lidera la contienda por el Parlamento Andino, con el 46.03% de los votos, seguido por RC con el 39.54%. Esta competencia refleja la misma polarización que se vive a nivel nacional y confirma la influencia de ambas fuerzas en el escenario político ecuatoriano.

La nueva Asamblea Nacional de 2025 será un termómetro de la polarización política en Ecuador. Con ADN y Revolución Ciudadana como fuerzas dominantes, pero sin mayorías claras, el país se encamina hacia un periodo de negociaciones complejas y posible inestabilidad legislativa. ¿Podrá el próximo presidente construir consensos en un Congreso dividido, o veremos un retorno a los bloqueos y la ingobernabilidad? La respuesta dependerá de la capacidad de las fuerzas políticas para priorizar el interés nacional sobre sus agendas partidistas.

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