En el siglo XV, un sombrío personaje se alzó como el rostro de la intolerancia religiosa en España. Tomás de Torquemada, presbítero dominico, confesor de la reina Isabel la Católica y primer inquisidor general de Castilla y Aragón, dejó una huella oscura en la historia. En este artículo, exploraremos la vida y el legado de este influyente pero controvertido personaje.
Tomás de Torquemada nació el 14 de octubre de 1420 en Torquemada, provincia de Palencia, o Valladolid, y falleció el 16 de septiembre de 1498 en Ávila. Su ascenso al poder coincidió con una época de agitación religiosa en España. Torquemada fue un ferviente defensor del cristianismo y un firme creyente en la conversión de aquellos que no compartían su fe.
Una de las acciones más infames asociadas a Torquemada fue su papel en la expulsión de los judíos que se negaban a convertirse al cristianismo. Esta medida, respaldada por la reina Isabel la Católica, resultó en la expulsión de miles de judíos de España y marcó un triste episodio de intolerancia religiosa en la historia del país.
Sin embargo, el legado más oscuro de Torquemada se encuentra en su liderazgo en la Inquisición. Durante su mandato como inquisidor general, se llevaron a cabo más de tres mil ejecuciones y un número aún mayor de encarcelamientos, confiscaciones, torturas y degradaciones públicas. Bajo su dirección, la Inquisición se convirtió en un instrumento de represión religiosa y persecución, destinado a eliminar cualquier forma de herejía o disidencia religiosa en España.
Su legado está marcado por la crueldad y el fanatismo, y su nombre sigue siendo sinónimo de la Inquisición española y la intolerancia religiosa que prevaleció en ese período. A pesar de que su labor fue respaldada por la monarquía y la Iglesia en ese momento, su figura sigue siendo objeto de críticas y condena por su papel en los horrores de la Inquisición.
Fuente: RLL / Prensa.ec