El alcalde Pabel Muñoz apuesta por potenciar las vocaciones productivas de las parroquias rurales.
En un esfuerzo por dinamizar el desarrollo de las zonas rurales de Quito, el alcalde Pabel Muñoz ha implementado una estrategia innovadora que divide las 33 parroquias rurales en grupos según sus vocaciones productivas, turísticas o urbanas. Esta iniciativa busca impulsar proyectos útiles y acordes a las realidades sociales, económicas y productivas de cada sector, aprovechando al máximo sus fortalezas y potencialidades.
Muñoz explica que la estrategia rural responde a la diversidad de las parroquias quiteñas. Algunas, como Tumbaco, Cumbayá y Calderón, ya se han consolidado como centros conurbados, mientras que otras destacan por su capacidad productiva. Un claro ejemplo es la parroquia de Perucho, reconocida por su exquisita mandarina, cuyas características únicas podrían merecer una Denominación de Origen.
Para respaldar esta visión transformadora, el Municipio de Quito ha destinado 15 millones de dólares al desarrollo de las 33 parroquias rurales. Según Muñoz, esta inversión representa un cambio sustancial, ya que duplica los recursos que anteriormente recibían del Gobierno Nacional. “Antes, Perucho recibía alrededor de 150.000 dólares anuales, pero ahora contará con 346.000 dólares, lo que les permitirá impulsar obras de infraestructura, producción y turismo”, destacó el alcalde.
Esta inyección de recursos ha sido bien recibida por los líderes comunitarios, quienes ven en ella una oportunidad para impulsar el desarrollo de sus parroquias. Janneth Galárraga, representante de la Asociación “Los Miradores” de Perucho, agradeció el compromiso del Municipio con los emprendedores rurales, quienes dependen de la producción agrícola y la elaboración de mermeladas para sacar adelante a sus familias.
Por su parte, Jorge Pillajo, presidente de la parroquia de Perucho y de la Mancomunidad, resaltó la importancia de que las autoridades conozcan de cerca la realidad de las parroquias rurales. “Antes, nuestras posibilidades eran limitadas, pero ahora, gracias a la inversión municipal, tenemos un abanico abierto para desarrollar infraestructura, producción y turismo”, expresó.
Pillajo también destacó el papel de las ferias gastronómicas y turísticas como una plataforma para dar a conocer las riquezas productivas, culturales e históricas de cada parroquia. Estas iniciativas, impulsadas por instituciones, gestores culturales y parroquiales, permiten promocionar los atractivos rurales y fomentar su desarrollo.
La estrategia rural implementada por el alcalde Pabel Muñoz representa un cambio de paradigma en el enfoque del desarrollo de Quito. Al reconocer las vocaciones y potencialidades únicas de cada parroquia rural, y al respaldar esta visión con recursos financieros significativos, el Municipio sienta las bases para un crecimiento equilibrado y sostenible, donde las comunidades rurales desempeñan un papel protagónico en la construcción de su propio futuro.
Fuente: prensa.ec
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