Movilizaciones, represión y un Estado al borde del colapso

El clamor silenciado: crisis social y sindical en Ecuador bajo el lente de Marcela Arellano

Ecuador fue testigo de intensas movilizaciones sociales encabezadas por diversas organizaciones sindicales, estudiantiles y activistas. Según Marcela Arellano Villa, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL), la falta de diálogo con el gobierno actual fue la chispa que encendió las calles, manifestando un descontento latente frente a la crisis económica, energética y de seguridad que aqueja al país.

Marcela Arellano Villa, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL)

Desde su postura crítica, Arellano describió cómo el gobierno ha cerrado las puertas al diálogo social, optando por la represión como respuesta a las legítimas demandas populares. La movilización del 15 y 21 de noviembre evidenció la magnitud del descontento. “Hemos sido testigos de una contundente represión contra manifestaciones pacíficas que exigen soluciones urgentes a problemas como el desempleo y la crisis energética”, afirmó la dirigente sindical.

Arellano enfatizó la crítica situación de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES), responsables del 93% de las unidades productivas en el país. “El gobierno no ha implementado medidas para proteger ni fomentar este sector clave para la generación de empleo”, subrayó, destacando la precarización del empleo y el cierre masivo de pequeñas empresas debido a la crisis energética y la inseguridad.

El panorama económico es desolador: el aumento del desempleo, la falta de apoyo a las MIPYMES y la ausencia de políticas efectivas para revitalizar la economía han profundizado el malestar social. Además, la reciente cumbre presidencial organizada en Cuenca fue duramente criticada por Arellano, quien señaló su inutilidad para abordar la crisis interna, tachándola de una reunión sin impacto real en la economía local ni en la seguridad nacional.

Marcela Arellano Villa, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL)

Arellano denunció la incapacidad del gobierno para gestionar la crisis energética, agravada por los apagones que paralizaron al país. “La falta de planificación y la incompetencia en la gestión del sector eléctrico han puesto al Ecuador en una situación peor que Venezuela”, advirtió. La crisis energética, lejos de ser un fenómeno exclusivo de la región, es resultado de políticas neoliberales que priorizan la privatización de los servicios públicos, transformándolos en mercancías cuyo objetivo es el lucro.

La presidenta de la CEOSL subrayó que la falta de inversión pública y la gestión ineficaz de recursos energéticos evidencian el abandono del Estado. “Estamos ante un gobierno que no solo es incapaz, sino que prioriza intereses privados sobre el bienestar general”, sentenció.

La dirigente sindical también se mostró preocupada por la infiltración del crimen organizado en el aparato estatal, denunciando la pasividad del gobierno frente a la corrupción y el narcotráfico. Según Arellano, la falta de acción y las continuas denuncias de infiltración del narcotráfico en instituciones clave han deteriorado la confianza ciudadana en las autoridades.

“El Ecuador ha sido calificado como uno de los peores países para los trabajadores. Este ranking no es casualidad; refleja la falta de políticas efectivas y la creciente criminalización de los sectores más vulnerables”, indicó Arellano, destacando la inacción gubernamental frente a los problemas de seguridad y derechos laborales.

La CEOSL ha liderado propuestas de reforma para asegurar la libertad sindical, pero el gobierno, en lugar de apoyar estas iniciativas, las ha catalogado de “vandalismo jurídico”. Arellano criticó la actitud del Ministerio de Trabajo, que no solo ignoró las recomendaciones de la OIT, sino que persigue y reprime a los líderes sindicales.

“La falta de voluntad política para implementar cambios profundos pone en riesgo no solo los derechos laborales, sino la estabilidad del país”, concluyó Arellano, haciendo un llamado a la unidad de las organizaciones sociales para enfrentar las políticas neoliberales y exigir un cambio real. ¿Será este el inicio de un movimiento unitario capaz de transformar el futuro del Ecuador?

Fuente: PORTADAS | prensa.ec

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