El Concepto de plataforma continental en el contexto ecuatoriano

Marcelo Larrea, coordinador de la iniciativa “Galápagos Vive”, plantea una reflexión crítica sobre la soberanía marítima de Ecuador en su diálogo sobre los avances de la III Presentación Parcial de la extensión de la Plataforma Continental. Larrea argumenta que el concepto de plataforma continental, fundamental en el derecho del mar, ha sido históricamente interpretado y legislado de manera que afecta la soberanía ecuatoriana.
El término “plataforma continental” surge en las discusiones que llevaron a la formación de la Convención del Mar. Se refiere al hundimiento de las plataformas continentales en los océanos. En el caso ecuatoriano, en 1966, después de la caída de la dictadura militar, Ecuador estableció su soberanía marítima enfrentando la pesca extranjera. El presidente Juan José Flores, en 1832, ya había ratificado la soberanía de Ecuador sobre las Islas Galápagos.
En 1952, la Declaración de Santiago, firmada por Ecuador, Perú y Chile, estableció una soberanía territorial marina de 200 millas sobre mar continental e insular. En 1966, las reformas al Código Civil ecuatoriano afirmaron esta soberanía. Así, Ecuador no debería presentar nuevas delimitaciones de su plataforma continental, ya que sus derechos estaban claramente establecidos antes de la existencia de la Convención del Mar (CONVEMAR), suscrita en 1982 y efectiva en 1994.

Larrea cuestiona la adhesión de Ecuador a la CONVEMAR, argumentando que esta ha llevado a una pérdida de soberanía sobre más de un millón de kilómetros cuadrados de mar. Las consecuencias incluyen la invasión de flotas pesqueras extranjeras, especialmente chinas, que depredan los recursos marinos de Ecuador. La presencia de estas flotas, con capacidades de carga masivas, genera una grave tensión económica y ecológica.
Ecuador ha demostrado históricamente su capacidad de defensa marítima en guerras contra potencias extranjeras. En la década de 1830, el General Villamil lideró una guerra de siete años contra piratas y corsarios británicos, defendiendo las Islas Galápagos. En la década de 1960, Ecuador enfrentó a Estados Unidos en la “Guerra del Atún”, deteniendo barcos pesqueros estadounidenses y obteniendo indemnizaciones.
La CONVEMAR no reconoce derechos soberanos sobre las aguas suprayacentes ni sobre el espacio aéreo de la plataforma continental. Larrea critica que la adhesión a esta convención implique renunciar a la soberanía sobre estos espacios. Además, señala que la plataforma continental ecuatoriana, al ser geológicamente limitada, no justifica las expectativas de soberanía ampliada que se intentaron promover.
La historia marítima de Ecuador demuestra una defensa activa y exitosa de su soberanía. La adhesión a la CONVEMAR, según Larrea, no solo ha sido innecesaria, sino perjudicial. La solución propuesta es una denuncia formal de la adhesión a la convención, reforzando la soberanía plena desde el continente hasta las Islas Galápagos. Este es un llamado a la acción para las autoridades y la ciudadanía ecuatoriana.
Fuente: PORTADAS | prensa.ec
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.