La OMS celebra el papel de las comunidades a la hora de impulsar los avances para acabar con el sida

Con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra el 1 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se unirá a los asociados internacionales para reconocer el ejemplo de resiliencia, dedicación e innovación que dan los líderes y las organizaciones comunitarios en la respuesta a la epidemia del VIH.

La OMS celebra el papel de las comunidades a la hora de impulsar los avances para acabar con el sida

Desde la lucha contra la estigmatización y la discriminación hasta la defensa del acceso a unas intervenciones asequibles y unos servicios gestionados por las comunidades centrados en las personas con experiencia directa, las comunidades llevan decenios trabajando en la respuesta al VIH.

«Las personas que viven con el VIH o afectadas por el virus han dejado una huella indeleble en el mundo mediante su activismo» manifestó el Dr. Tedros. «Los colectivos afectados, que lucharon para obtener las herramientas para prevenir el VIH, poder realizar pruebas de detección del virus y tratarlo, hicieron posible que 30 millones de personas tuvieran acceso al tratamiento antirretrovírico, y ayudaron a prevenir un número incalculable de infecciones. Trabajamos conjuntamente con los colectivos para ayudar a poner fin al sida como amenaza para la salud pública de aquí a 2030». 

Varios decenios de inversión y de enseñanzas extraídas de la epidemia del VIH han catalizado unos avances más amplios en materia de salud mundial y en los sistemas nacionales de salud. La respuesta al VIH ha reforzado los sistemas de salud y ha aumentado el acceso a servicios que van más allá de la detección y el tratamiento del virus. Las inversiones y la infraestructura en la esfera de la respuesta al VIH permitieron responder de manera rotunda y rápida a muchas enfermedades, como la COVID-19 y la viruela símica.

A pesar de los importantes progresos realizados, el VIH continúa siendo un problema acuciante de salud pública

En todo el mundo, 9,2 millones de personas no tienen acceso al tratamiento del VIH que necesitan. Cada día, se pierden 1700 vidas por causas relacionadas con el VIH y 3500 personas se infectan, muchas de las cuales desconocen su estado o no tienen acceso al tratamiento.

Las innovaciones en herramientas relacionadas con el VIH, como la eficaz píldora diaria para tratar el virus y unas pruebas para determinar la carga vírica accesibles, han permitido realizar notables avances. El hecho de que las personas que viven con el VIH, que siguen el tratamiento según lo prescrito y cuya carga vírica es indetectable en sangre tengan riesgo nulo de transmitir el VIH a sus parejas sexuales es tan solo un ejemplo de ello. Este fue el resultado de años de activismo e inversión, y es un recordatorio de que la meta de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030 es factible, siempre que haya suficiente voluntad política y se mantenga la inversión.

Cuestiones financieras, la criminalización y las limitaciones impuestas al papel de los paladines comunitarios entorpecen los avances logrados por los líderes comunitarios y ralentizan los progresos a nivel mundial para poner fin al sida como amenaza para la salud pública. Muchas comunidades, por ejemplo, grupos clave de la población como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero, los trabajadores sexuales, las personas que consumen drogas y los adolescentes, siguen sin tener acceso a los servicios de prevención, tratamiento y atención que necesitan y merecen. Como consecuencia de estas desigualdades, los progresos en la lucha contra el VIH continúan siendo desiguales.

Cuando faltan menos de siete años para alcanzar la meta, persiste la necesidad urgente de continuar financiando los programas sobre el VIH de modo que los líderes comunitarios puedan seguir llegando a los afectados. Estos esfuerzos son esenciales para acabar con las desigualdades en cuanto al diagnóstico y el tratamiento de los niños que viven con el VIH, y ayudar a todos los países a acercarse más a las metas 95-95-95, que tienen como objetivo que el 95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado, que el 95% de las personas diagnosticadas reciban tratamiento antirretrovírico y que el 95% de las personas que reciben tratamiento hayan logrado suprimir la carga vírica. La OMS seguirá colaborando con sus asociados y pidiendo a los dirigentes que den prioridad a las necesidades de las poblaciones afectadas.

«Hacemos un llamamiento a la solidaridad a nivel mundial con las comunidades, hoy y siempre», declaró la Dra. Meg Doherty, Directora de los Programas Mundiales de VIH, Hepatitis e ITS de la OMS. «El liderazgo de las comunidades afectadas ha resultado esencial para avanzar en la respuesta al VIH, a pesar de las barreras jurídicas, económicas y sociales a las que se enfrentan».

La alianza con las personas que viven con el VIH y afectadas por el virus es crítica para la sostenibilidad y el éxito en última instancia de la respuesta al VIH. La OMS y sus asociados mundiales aplauden el papel de las comunidades a la hora de reducir las brechas en cuanto a las pruebas de detección, el tratamiento y la atención de las personas que se han quedado atrás y de impulsar los progresos para acabar con el sida como amenaza para la salud pública.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

Virtono

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