
Gustavo Larrea denuncia que la Constitución de 2008 convirtió al Estado en una “camisa de fuerza”. El Consejo de la Judicatura, diseñado para administrar justicia, terminó subordinándola, liberando narcotraficantes y corruptos. La impunidad reina. El Consejo de Participación Ciudadana, supuestamente independiente, responde a intereses partidistas, como la Liga Azul. Concursos amañados y retrasos en nombramientos agravan la crisis. Larrea exige una reforma profunda: eliminar el Consejo de Participación, devolver autonomía a la Corte Nacional y poner al Estado al servicio de los ciudadanos. ¿Es posible esta transformación?
¿Hacia una Nueva Constitución sin Retrocesos?”
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La Constitución no puede ser regresiva: derechos adquiridos como los de la mujer o los niños deben mantenerse y mejorarse. El desafío es construir un pacto nacional que garantice estabilidad democrática, independencia de poderes y una economía dinámica que impulse empleo, emprendimiento y sectores clave como agricultura y turismo. Se necesita un Estado que facilite la vida de los ciudadanos, no que la complique con burocracia. La salud pública y la educación técnica son ejes de consenso. ¿Podrá Ecuador lograr una Constitución que una visiones y resuelva problemas?
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