El 12 de diciembre de 1901, el ingeniero italiano Guglielmo Marconi logró por primera vez en la historia establecer una comunicación bilateral a través del Océano Atlántico utilizando ondas hercianas, sentando las bases para el desarrollo de la radio y las telecomunicaciones modernas.
El éxito en la transmisión entre Poldhu, Cornualles en Inglaterra, y Terranova en Canadá, separados por cerca de 3500 km, sorprendió a la comunidad científica de la época y catapultó a la fama al visionario Marconi, quién con tan solo 27 años ya acumulaba varios logros en el campo de la telegrafía sin hilos.
La hazaña requirió de una meticulosa planificación y la instalación de grandes antenas transmisoras en ambos extremos del enlace. En Terranova, Marconi coordinó la recepción de la débil señal radial con una antena de 150 m de alto y un receptor especialmente acondicionado.
Tras varios intentos fallidos debido a las tormentas invernales, finalmente el 12 de diciembre a las 12:30 GMT, luego de un breve mensaje en código morse enviado desde Cornualles, la letra “S” fue claramente captada del otro lado del Atlántico, provocando el asombro y la alegría del equipo.
De esta forma, la distancia récord anterior de 386 km lograda en 1897 por Marconi era superada con creces, marcando un antes y un después para las telecomunicaciones, que pasaban de depender de cables submarinos a aprovechar el potencial de la propagación ionosférica.
Según destacan los historiadores, a partir de entonces la radio dejaba de ser un mero experimento de laboratorio para convertirse en una tecnología estratégica, con aplicaciones que iban desde la navegación marítima, hasta su futuro uso militar y civil para radiodifusión.
El hito de 1901 sentó las bases no solo para desarrollos posteriores en modulación y amplificación de señales de radio, sino también para tecnologías como la televisión, el radar, la telefonía móvil e incluso el GPS.
Así, la tenacidad y creatividad de Marconi cambió para siempre la manera en que los humanos nos comunicamos, acercándonos más allá de las distancias geográficas. Su contribución como “padre de la radio” permanece hasta nuestros días cada vez que escuchamos música por el aire o usamos la conectividad inalámbrica.
Fuente: prensa.ec
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