Crisis en la industria lechera: entre cortes de energía y el impacto climático

La escasez de agua y las fallas eléctricas ponen en jaque al sector lechero, agravando los costos y afectando a pequeños productores.

Luis López, representante de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fenaprole)

El sector lechero enfrenta una de sus peores crisis, marcada por la falta de agua y los constantes cortes de energía, tanto programados como inesperados. Luis López, representante de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fenaprole), alerta sobre las consecuencias para los pequeños productores y el aumento de costos operativos. En un contexto donde la tecnificación es clave, la ausencia de electricidad y la falta de soluciones energéticas sostenibles generan una cadena de problemas que afectan directamente la calidad y el precio de los productos lácteos.

El sector lechero ecuatoriano, especialmente en las zonas rurales, enfrenta una tormenta perfecta de adversidades. A la crisis climática, que durante los últimos cuatro meses ha limitado gravemente la disponibilidad de agua, se suma la problemática de los cortes de energía eléctrica. Luis López, representante de Fenaprole, señala que estos factores han provocado un impacto devastador en la producción de forraje, indispensable para la alimentación del ganado.

La producción de leche depende, entre otros factores, de una correcta cadena de frío. Los centros de acopio, donde se almacenan grandes cantidades de leche, funcionan con energía eléctrica para mantener refrigerados los tanques. Según la normativa vigente, cada uno de estos centros debe contar con generadores eléctricos de respaldo. Sin embargo, en la práctica, muchos pequeños productores no tienen acceso a estos equipos. Esto genera un aumento significativo de los costos operativos, ya que aquellos que sí disponen de generadores deben afrontar gastos adicionales en combustible y mantenimiento.

El sector lechero ha adoptado la mecanización del ordeño como parte de un proceso de tecnificación para mejorar la calidad del producto. Sin embargo, los cortes de luz agravan los problemas, especialmente para los productores más pequeños, quienes, al no poder mantener la leche refrigerada, ven cómo se incrementa el riesgo de contaminación bacteriana.

Luis López, representante de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fenaprole)

Los cortes de energía no solo afectan la producción, sino también la comercialización. La leche no refrigerada debe ser vendida o procesada de inmediato, lo que ha derivado en una sobreproducción de quesos artesanales. Esto, a su vez, genera una saturación en el mercado local y una caída en los precios, afectando la rentabilidad de los pequeños productores.

Además, los comerciantes minoristas, al ver el deterioro de los productos lácteos por la falta de frío, comienzan a dejar de comprarlos, lo que crea una cadena de efectos negativos que golpea duramente a los productores. Las industrias también dejan de adquirir leche, profundizando la crisis.

La propuesta de instalar paneles solares en los centros de acopio ha sido planteada por Fenaprole desde 2018, pero el costo de implementación es elevado. Un sistema básico para un pequeño centro de acopio cuesta alrededor de $8.000, una inversión que los productores rurales no pueden asumir sin apoyo financiero. Luis López enfatiza la necesidad de programas de crédito estatales que permitan la adquisición de estos equipos, no solo como una solución a los cortes de energía, sino también como una medida para reducir la carga energética sobre el sistema nacional.

Pese a las adversidades, el representante de Fenaprole se muestra optimista respecto a la posibilidad de que las autoridades tomen cartas en el asunto. “Hoy es el momento oportuno para impulsar un proyecto que hemos planteado desde hace seis años. La ubicación geográfica de las zonas altas, donde se concentra la producción lechera, favorece la implementación de energía solar. Es una solución que beneficiaría tanto al sector como al país en su conjunto”, señaló López.

El aumento de los costos operativos en la cadena de producción no solo afecta a los productores. Según López, el consumidor final también verá reflejado este incremento en el precio de los productos lácteos, con una subida estimada del 10%. “No hay forma de absorber estos costos sin que repercutan en el precio al consumidor. El precio de sustentación para el productor debería estar en al menos $0,50 por litro, pero estamos muy por debajo de esa cifra”, explica López.

El representante de Fenaprole también advierte sobre el riesgo de una mayor inflación en los productos lácteos si la situación actual no mejora. La falta de una política clara de apoyo al sector lechero podría desembocar en un colapso de la producción, afectando no solo a los productores, sino también a la estabilidad alimentaria del país.

El sector lechero ecuatoriano enfrenta una crisis profunda que requiere soluciones estructurales inmediatas. La propuesta de implementar paneles solares como alternativa energética, sumada a la necesidad de políticas públicas que fomenten el desarrollo de tecnologías sostenibles, es urgente.

Mientras tanto, los pequeños productores continúan sufriendo las consecuencias de un sistema ineficiente y poco preparado para enfrentar los desafíos climáticos y energéticos. ¿Cuál crees que debería ser la prioridad del gobierno para apoyar al sector lechero: la inversión en energía sostenible o el subsidio directo a los productores?

Fuente: PORTADAS | prensa.ec

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