Incendios forestales en Sudamérica: una crisis que arde sin control

El cambio climático, la sequía y la acción humana desatan una emergencia de proporciones históricas en la región.

Incendios forestales en Sudamérica: una crisis que arde sin control

Sudamérica enfrenta una crisis ambiental sin precedentes, con más de 400.000 incendios registrados en los primeros nueve meses de 2024. Los efectos del cambio climático, sumados a las sequías más severas en décadas y las prácticas agrícolas, han generado un escenario devastador que afecta a millones de personas y ecosistemas enteros.

Entre el 1 de enero y el 26 de septiembre de 2024, Sudamérica fue testigo de una catástrofe ambiental que parece no tener fin. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), más de 400.000 incendios han consumido vastas áreas de vegetación en la región, con Brasil como el país más afectado. En lo que va del año, las llamas han destruido 40,2 millones de hectáreas, superando ampliamente el promedio anual de la última década.

El cambio climático es uno de los principales responsables de esta crisis. “Si alguien aún dudaba de su existencia, aquí está la evidencia”, declaró Inés Manzano, ministra ecuatoriana de Ambiente. Las sequías han intensificado el riesgo de incendios en toda la región, incluso en zonas húmedas como la Amazonía, donde el fuego ha arrasado grandes extensiones de la selva tropical más grande del mundo.

Incendios forestales en Sudamérica: una crisis que arde sin control

A esta situación se suman las prácticas humanas. En países como Brasil, Bolivia y Perú, la quema de tierras para actividades agrícolas ha salido de control, agravando el problema. Además, los indicios de incendios provocados y piromanía han empeorado la situación en ciudades como Quito, donde se han reportado una treintena de incendios forestales.

Las consecuencias no se limitan solo al medio ambiente. Ciudades como São Paulo han sufrido índices de contaminación alarmantes, mientras que en Montevideo y Buenos Aires se registró el fenómeno de la “lluvia negra”, causado por la humareda. Las pérdidas económicas en el sector agropecuario brasileño ya superan los 2.700 millones de dólares.

Ante este escenario, los gobiernos han movilizado brigadas de bomberos y apoyo militar, pero las medidas son insuficientes y llegan tarde, según expertos como Erika Berenguer. “La prevención es la clave, pero estamos fallando en implementar soluciones a largo plazo”, concluye la especialista. ¿Podrán los países de la región tomar medidas efectivas para evitar que esta crisis se repita?

Fuente: PORTAFOLIO | prensa.ec

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