Decisiones del gobierno en torno a la planificación urbana suscitan críticas por posibles concesiones a grandes desarrolladores.
La reciente decisión del gobierno de Hong Kong de permitir más viviendas cerca de la frontera con China ha generado preocupación entre expertos y grupos cívicos, quienes temen que las necesidades de los desarrolladores estén siendo priorizadas por encima de un planeamiento urbano integral y equilibrado.
La transformación de áreas comerciales en zonas residenciales dentro del marco del desarrollo en Hung Shui Kiu, en los Nuevos Territorios del Norte de Hong Kong, ha despertado una ola de críticas por parte de expertos en planificación y organizaciones civiles. Esta medida, anunciada por la Oficina de Desarrollo de Hong Kong, permitiría convertir hasta un 20% del área no residencial cerca de la futura estación de MTR en uso residencial, siempre y cuando no comprometa la visión del área como un centro de servicios profesionales de alto nivel.
Este cambio en la planificación, que podría interpretarse como una respuesta directa a la presión ejercida por grandes desarrolladores, plantea serios cuestionamientos sobre las verdaderas prioridades del gobierno. Hace solo tres meses, un importante desarrollador, bajo anonimato, manifestó su intención de retirar solicitudes de intercambio de tierras si el gobierno no flexibilizaba los requisitos para los sitios comerciales en la zona. La pandemia de Covid-19 ha reducido la demanda de oficinas tradicionales, llevando a los desarrolladores a proponer la recalificación de hasta un 40% del área comercial para usos residenciales o mixtos.
Las reacciones no se han hecho esperar. Chan Kim-ching, fundador de Liber Research Community, expresó su preocupación por la magnitud de los cambios, sugiriendo que el gobierno podría estar respondiendo a las presiones de los desarrolladores más que a las necesidades reales del mercado. Aunque Chan reconoce la necesidad de ajustes debido a los cambios socioeconómicos post-pandemia, advierte sobre los riesgos de priorizar los intereses privados sobre una planificación urbana equilibrada que considere el bien común.
Por su parte, el legislador y planificador Andrew Lam Siu-lo, coincide en que la medida podría dar la impresión de que el gobierno está cediendo a las demandas del sector empresarial. Lam subraya la importancia de revisar las estrategias de desarrollo en función de la situación económica actual, en lugar de hacer cambios impulsados por presiones externas. En este contexto, la disminución de la necesidad de oficinas tradicionales debido al auge del teletrabajo y las políticas laborales flexibles es un factor determinante que debe ser considerado en la planificación futura.
No obstante, no todos los expertos ven con malos ojos esta flexibilización en el uso de suelos. Thomas Lee Kin-wah, un experimentado urbanista, señala que ciudades globales como Tokio y Londres han adoptado enfoques similares, permitiendo una mayor flexibilidad en el uso de tierras comerciales para adaptarse a los cambios en los modelos de negocio. Lee argumenta que el entorno laboral moderno ya no está vinculado exclusivamente a oficinas tradicionales, lo que justifica este tipo de modificaciones.
El anuncio del gobierno el miércoles pasado, destacando la eliminación de requisitos específicos para áreas comerciales, parece estar en línea con esta tendencia hacia la flexibilidad. Sin embargo, cualquier cambio estará sujeto a una evaluación técnica y la aprobación de la Junta de Planificación Urbana.
El debate sobre esta política deja una pregunta abierta: ¿Está el gobierno de Hong Kong sacrificando una planificación urbana coherente en favor de los intereses de los desarrolladores? La respuesta a esta interrogante podría definir el futuro del desarrollo urbano en la región.
Fuente: pensa.ec
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