En las costas del golfo de Guayaquil se encuentra un santuario natural, la Reserva Ecológica Manglares Churute, un refugio donde convergen historia, biodiversidad y desarrollo sostenible. Descubre la magia de este tesoro ecológico que protege no solo la flora y fauna, sino también la rica herencia cultural de Ecuador.

Con huellas de antiguas culturas como Valdivia y Chorrera, la reserva, establecida en 1979, abraza los cerros de Churute, la laguna del Canclón y manglares remanentes. Su extensión de 49,387 hectáreas la convierte en un hábitat único, enraizado en la historia de asentamientos humanos.
Desde el amenazado canclón hasta el esquivo cocodrilo de la costa, la reserva alberga especies únicas. Más de 260 especies de aves migratorias encuentran refugio aquí, mientras que los manglares y estuarios bullician con vida marina. Un equilibrio preciso que demanda conservación.
Once comunidades locales, dedicadas a la agricultura y pesca sostenible, coexisten en armonía con la reserva. Sus derechos son respetados, y la proximidad a Guayaquil ha creado oportunidades económicas a través de servicios para visitantes, enriqueciendo tanto a la reserva como a las comunidades.
La conservación es el pilar de la reserva. Desde acciones de control y educación ambiental hasta un innovador modelo de desarrollo sostenible que involucra a las comunidades locales. La colaboración interinstitucional crea un intercambio valioso, beneficiando tanto a la naturaleza como a aquellos que dependen de ella.
Fuente: RLL / Prensa.ec
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