Cientos de miles de sudamericanos cruzan la inhóspita selva panameña en busca del “sueño americano”
El cruce fronterizo entre Colombia y Panamá conocido como el Tapón del Darién se ha convertido en un corredor migratorio utilizado por miles de personas principalmente de Venezuela que buscan llegar a Estados Unidos. Según datos de las autoridades colombianas, en lo que va de 2022 más de 170.000 migrantes han utilizado esta peligrosa ruta selvática, donde abundan el crimen organizado y los grupos armados ilegales.
Miles de migrantes, muchos de ellos familias enteras con niños, se juegan la vida cruzando la peligrosa jungla del Darién entre Colombia y Panamá, en un desesperado intento por alcanzar Estados Unidos. Según cifras oficiales, en lo que va de 2023 más de 400.000 personas han transitado este paso natural conocido como el “tapón del Darién”, un aumento del 200% respecto al año pasado.
El creciente flujo migratorio a través de una de las selvas más inhóspitas del planeta ha encendido las alarmas en la región. Recientemente, Colombia envió 2.000 efectivos militares para controlar la zona fronteriza y Panamá solicitó ayuda a Estados Unidos ante la crisis humanitaria.
Cruzar a pie el Darién, un territorio montañoso y selvático de 575.000 hectáreas, puede tomar entre 5 y 12 días. Los migrantes deben atravesar ríos, pantanos, selva espesa y dormir a la intemperie.
Son frecuentes los casos de mordeduras de serpientes, picaduras de insectos, deshidratación, hipotermia y desnutrición. Además, están expuestos a grupos criminales que cometen secuestros, violaciones y extorsiones. Solo en 2022 se registraron más de 350 muertes.
“Es una ruta suicida para muchos y tratan de darle un mejor futuro a su familia”, explica el abogado Jorge Iván Mina. Los costos por cruzar con un “coyote” oscilan entre $300 y $3.000 dólares por persona.
Ante esta situación límite, los gobiernos de la región están tomando cartas en el asunto. Este fin de semana, por iniciativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se celebró en su país la “Cumbre de Líderes de América del Norte” en la que participaron el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Uno de los temas centrales fue precisamente la crisis migratoria y el flujo descontrolado de personas por el Darién. Se acordó trabajar de manera conjunta para brindar soluciones integrales, pero recalcando que el cierre de fronteras no es una opción viable. También se abordó la necesidad de expandir las oportunidades de migrar legalmente, tanto por motivos laborales como por reunificación familiar o asilo político.
Del lado sudamericano, Ecuador y Colombia están dispuestos a coordinar esfuerzos para mitigar esta problemática que nos afecta a ambos. En el programa “Portadas” de Ecuador, se generó un espacio de diálogo con analistas colombianos donde se abordó la compleja situación por la que atraviesan miles de familias en su travesía desesperada buscando una vida mejor.
Entre los expertos invitados estuvieron Guerney Ríos, Director de la Cámara Geo-Económica Colombia-Caribe-Indoamérica; Jorge Iván Mina, Director del Colegio de Abogados Afrodescendientes; y Benjamín Losada, Presidente de la Corporación Transparencia Jurídica Internacional y director de priradiotv.com
Expertos alertan que el cierre del Darién no detendrá la migración, sino que obligará a buscar rutas alternativas igual de peligrosas. “No encontraremos otros caminos porque es que los caminos de la vida son múltiples”, afirma el internacionalista Gerney Ríos González.
Los analistas coinciden en que el cierre de fronteras no es la solución, ya que históricamente el Darién ha sido una ruta de tránsito y comunicación entre los pueblos indígenas de América del Sur y Centroamérica. “Las fronteras no detienen los flujos migratorios, la gente buscará rutas alternativas por mar o por tierra”, afirmó Guerney Ríos.
También recalcaron la necesidad de respetar los derechos humanos y brindar protección a los migrantes, quienes huyen de condiciones de pobreza y violencia, así como ampliar las oportunidades de migrar legalmente. “Se requieren soluciones integrales con la cooperación de todas las naciones”, puntualizó Ríos.
La creciente migración responde a la crisis política y económica en países como Venezuela y Haití. Sin embargo, cada vez más colombianos, peruanos y ecuatorianos optan por esta peligrosa ruta en busca de oportunidades.
“Los gobiernos los obligaron a tomar esta decisión al manejar de manera inadecuada la situación”, afirma el director de Análisis Internacional Benjamín Losada. Muchos tienen como destino final Estados Unidos, pero también ven a Canadá como una opción, por necesitar mano de obra.
Según Losada, se requieren soluciones integrales con participación de todos los países. El cierre unilateral de fronteras no detendrá el éxodo: “La gente en la medida que necesite seguirá viajando y migrando”.
Jorge Iván Mina recalca que Colombia y Panamá han intensificado controles y la asistencia humanitaria en la zona fronteriza. Pero expertos coinciden en que se necesita mayor cooperación regional para atender las causas de la migración masiva y frenar el avance de mafias que controlan el tráfico ilegal.
Recientemente hubo una cumbre en México convocada por el presidente López Obrador donde participaron países latinoamericanos. Pero aún no hay planes concretos para abordar la crisis migratoria. puntualiza Mina
Mientras no haya soluciones integrales, miles de familias seguirán arriesgando sus vidas cruzando la inhóspita selva del Darién en busca de un futuro mejor.
Asimismo los analistas, advierten sobre la presencia creciente del crimen organizado transnacional en la ruta del Darién, con delitos como la trata de personas, violencia sexual, secuestros, extorsión, robo y tráfico de drogas. De allí la importancia de articular políticas conjuntas de seguridad, pero respetando los derechos humanos de los migrantes.
La crisis humanitaria en la frontera colombo-panameña requiere la atención coordinada de los países de Sudamérica, Norteamérica y Centroamérica. Ecuador y Colombia están dando un primer paso con este acercamiento, pero se necesitan acciones concretas para garantizar que los derechos de los migrantes sean respetados, ampliar las oportunidades de migración legal y combatir las redes criminales que se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas.
Fuente: Portadas | prensa.ec
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