La incursión de un buque militar venezolano en aguas en disputa y la explotación petrolera de Exxon Mobil encienden nuevamente el conflicto por un territorio rico en recursos.
La tensión entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, una región de 160.000 km² rica en petróleo, ha escalado tras la incursión de un buque militar venezolano en aguas en disputa. Con Estados Unidos respaldando a Guyana y Venezuela defendiendo su postura, el conflicto centenario vuelve a estar en el centro de la geopolítica regional.

El Esequibo, un territorio limítrofe entre Venezuela y Guyana, ha sido motivo de disputa por más de un siglo. Sin embargo, la reciente incursión de un buque militar venezolano en aguas que Guyana considera propias ha reavivado las tensiones entre ambos países. Este episodio no solo pone en riesgo la estabilidad regional, sino que también involucra a actores globales como Estados Unidos y empresas multinacionales como Exxon Mobil.
El presidente de Guyana, Irfan Ali, denunció que un buque militar venezolano ingresó en aguas que su país considera parte de su zona económica exclusiva. Según Ali, la embarcación se acercó a activos clave, incluido el buque flotante de producción, almacenamiento y descarga (FSO) Prosperity, operado por Exxon Mobil. “Esta incursión es una violación de nuestra soberanía”, afirmó Ali, quien pidió apoyo internacional para defender los intereses de Guyana.
Venezuela, por su parte, desmintió las acusaciones. En un comunicado oficial, la cancillería venezolana aseguró que el buque realizaba un patrullaje en aguas de la fachada atlántica venezolana, en una zona cuya delimitación está pendiente. “No hubo incursión en aguas guyanesas”, sostuvo el gobierno de Nicolás Maduro, calificando las declaraciones de Ali como una “provocación”.
El conflicto por el Esequibo no es solo bilateral. Estados Unidos, que recientemente endureció las sanciones contra el gobierno de Maduro, respaldó a Guyana. El Departamento de Estado advirtió que “una mayor provocación por parte de Venezuela resultará en consecuencias para Maduro”. Este apoyo no es casual: Exxon Mobil, una de las mayores empresas petroleras del mundo, está desarrollando un yacimiento en aguas guyanesas que podría transformar la economía del pequeño país sudamericano.

Venezuela, sin embargo, acusa a Guyana de violar el derecho internacional al permitir la explotación de hidrocarburos en una zona en disputa. “Estas actividades son ilegales y buscan despojarnos de nuestros recursos”, afirmó el canciller venezolano, Yván Gil.
La disputa por el Esequibo se remonta a 1899, cuando un tribunal arbitral en París otorgó el territorio a Guyana, entonces colonia británica. Venezuela nunca aceptó el fallo, alegando que fue producto de un acuerdo amañado. Desde entonces, el Esequibo ha sido una “zona en reclamación” en los mapas venezolanos.
En 2018, Guyana llevó el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, buscando una resolución definitiva. Venezuela, aunque inicialmente rechazó la jurisdicción de la CIJ, finalmente aceptó participar en el proceso. Sin embargo, el gobierno de Maduro ha insistido en que la solución debe ser negociada bilateralmente, sin intervención externa.
El Esequibo no es solo un territorio simbólico; es una región rica en recursos naturales, especialmente petróleo. Según estimaciones, la zona en disputa alberga reservas de crudo que superan los 10.000 millones de barriles. Para Guyana, la explotación de estos recursos podría catapultar su economía, que ya ha experimentado un crecimiento significativo gracias a los descubrimientos petroleros.
Para Venezuela, la pérdida del Esequibo sería un golpe devastador en un momento de profunda crisis económica y política. Además, el conflicto tiene implicaciones geopolíticas, especialmente en un contexto en el que Estados Unidos busca limitar la influencia de gobiernos como el de Maduro en la región.
- El Esequibo abarca 160.000 km², un área equivalente al 74% del territorio de Guyana.
- Exxon Mobil ha descubierto más de 10.000 millones de barriles de petróleo en aguas guyanesas.
- Venezuela enfrenta sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea, que limitan su capacidad para explotar recursos petroleros.
El conflicto por el Esequibo no solo afecta a Venezuela y Guyana, sino que también tiene repercusiones regionales y globales. Por un lado, podría generar tensiones adicionales en América del Sur, una región ya afectada por crisis políticas y económicas. Por otro, involucra a actores globales como Estados Unidos y empresas multinacionales, lo que aumenta el riesgo de una escalada internacional.
“Este no es solo un problema entre dos países; es un conflicto que podría redefinir el equilibrio de poder en la región”, afirma Carlos Romero, analista político y experto en relaciones internacionales.
La disputa por el Esequibo es un recordatorio de que los conflictos territoriales, incluso los más antiguos, pueden resurgir con fuerza en un contexto de competencia por recursos y poder. Con intereses económicos y geopolíticos en juego, la pregunta es inevitable: ¿Podrán Venezuela y Guyana resolver este conflicto de manera pacífica, o el Esequibo será el detonante de una crisis mayor en la región?
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