Es difícil creer que algún día viviremos en un mundo energética y tecnológicamente sostenible. Avanzamos hacia el futuro con una economía todavía sustentada en procesos contaminantes que parecen imposibles de derribar, aunque en LATAM se ha trabajado duro para el cambio.
Según cifras del portal Statista, entre 2010 y 2021 Latinoamérica aumentó su capacidad instalada total para poder generar energía renovable en un 74%, y países como Colombia, Chile y Perú conforman el ranking en cuanto a proyectos de energía renovable.
No obstante, falta mucho por hacer, y la ciencia tiene una gran responsabilidad a la hora de contribuir a la realización de este sueño que para muchos es utópico.
«Solo con la aplicación de la ciencia y tecnología más avanzada será posible superar estos retos», afirma Heidi Bolívar Pimienta, directora del Máster de Energías renovables de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a Planeta Formación y Universidades. «El cambio de las tecnologías de producción de energía por unas más sostenibles y limpias, el calentamiento global, la producción de alimentos, el suministro de agua, el acceso a internet desde cualquier punto del planeta, etc.».
Transformar los modelos energéticos de una región es un desafío real
El principio de la sostenibilidad es que los recursos sigan estando disponibles para las nuevas generaciones y que haya conciencia sobre las repercusiones que el uso energético tiene en el futuro. Así lo explica Heidi Bolívar, haciendo énfasis en la repercusión que tiene cada acción del presente.
«Se debe saber diferenciar entre actuaciones a corto plazo y largo plazo», detalla la docente y directora del Máster de VIU. «A corto plazo son aquellas estrictamente necesarias —como usar generadores de gasóleo tras una tormenta que destruyó cableado— y a largo plazo son las en las que podemos aplicar más cambios para llegar a ser sostenibles, como por ejemplo la instalación de paneles fotovoltaicos para reducir el consumo de la red eléctrica».
Pero no solo se trata del uso inteligente de los recursos energéticos. Un cambio importante también necesita de recursos, ayudas económicas, alianzas estratégicas. La transformación sostenida del modelo energético es algo que requiere la unión de muchas fuerzas.
¿Qué se necesita para transformar el planeta en algo sostenible?
Cada región tiene unas condiciones específicas que determinan qué tan lejos o cerca están de dar el salto a la transformación energética: si la sociedad está concienciada sobre el desarrollo sostenible, si cuenta con recursos o apoyo de entidades, si las normativas para empresas o industrias son suficientemente claras, entre otras.
Este último elemento es clave, pues como afirma la experta de la Universidad Internacional de Valencia, «La existencia de normativa que obliga a las administraciones y/o empresas a cumplir ciertos límites, por ejemplo, de emisión de gases de efecto invernadero, que a su vez viene acompañada de programas con medidas para la reducción de emisiones, y que también traen consigo ayudas económicas para su implementación, son de vital importancia. La voluntad de una empresa, o sus directivos, no siempre puede justificar estos cambios».
Estudiar ciencia y tecnología, fundamentales para el cambio energético
La academia juega un papel cada vez más importante en la construcción de un futuro sostenible que, para muchos, sigue siendo una utopía. Su deber es formar el talento humano, tanto en la teoría como en la práctica, para que sean agentes de cambio en la transformación energética de sus regiones.
«En las aulas, se dispone del potencial, la energía y la creatividad de miles de hombres y mujeres, profesionales y técnicos, con una conciencia del uso sostenible de la ciencia y tecnología por el bien de nuestra sociedad y planeta», explica Heidi Bolívar. «La preparación técnica y operacional son partes importantes para vencer los obstáculos ya que se necesita conocer a profundidad las tecnología y fuentes de energía sostenibles para poder aplicarla en una región».
Es una educación que se imparte, incluso, de manera global, porque se da tanto en campus presenciales como virtuales, como es el caso del Máster que dirige Heidi Bolívar, donde el intercambio entre culturas en un mismo espacio académico enriquece los hallazgos y experiencias en este tema.
Construyendo desde la base, se puede aspirar a hacer realidad esa utopía de la que muchos hablan, pero como afirma la docente, «Utopía, según la RAE, significa “Plan, proyecto, doctrina o sistema ideales que parecen de muy difícil realización”, así que solo el futuro decidirá cuán utópico es el cambio energético que soñamos hoy.
Fuente: Luis Cheme
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