En las costas de la actual República Dominicana, un hito histórico marcó el inicio de la colonización europea en América. En 1494, Cristóbal Colón fundó La Isabela, la primera ciudad española en el Nuevo Mundo. A través de sus ruinas, este sitio arqueológico revela una historia de desafíos, exploración y el legado perdurable de los primeros días de la conquista.
La Isabela nació en reemplazo del Fuerte de La Navidad, destruido en un ataque indígena. Colón, al mando, estableció un consejo de gobierno para regir la ciudad, convirtiéndola en un centro vital de comercio y almacenamiento. Aunque enfrentó desafíos como el descontento de los colonos y la gestión gubernamental, La Isabela se erigió como la primera ciudad española en América.
La ciudad, a pesar de su relevancia inicial, enfrentó desafíos significativos. La escasez de víveres y la administración cuestionable de Colón llevaron a los primeros intentos de rebelión. En 1496, Colón partió hacia España, y su hermano fundó Santo Domingo, marcando el declive de La Isabela. Abandonada por completo en 1500 debido al descubrimiento de oro en La Vega, la ciudad dejó su huella en la historia.
Situada en la costa norte de La Española, en la actual provincia de Puerto Plata, las ruinas de La Isabela se han convertido en un parque arqueológico. Este espacio, destinado a la conservación del monumento, ofrece a los visitantes una ventana al pasado, donde las piedras cuentan la historia de los primeros días de la colonización europea.
Aunque efímera en su existencia, La Isabela dejó un legado imborrable en la historia de América. Como la primera ciudad española en el Nuevo Mundo, marcó el comienzo de una era de colonización. Sus ruinas, hoy en día, atraen a aquellos que buscan conectar con los primeros capítulos de la historia del continente, consolidándose como un testimonio tangible de aquellos días lejanos.
Fuente: RLL / Prensa.ec
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