En 1462, en Roma, el papa Pío II censura oficialmente el uso de africanos como esclavos

En la época de Pío II, la Iglesia Católica tomó una postura crítica hacia la esclavitud, un tema que ha dejado una marca indeleble en su historia. En 1462, el Papa Pío II emitió una censura oficial, condenando el uso de africanos como esclavos en Roma como un “gran crimen”. Sin embargo, esta postura se desarrolló a lo largo de los siglos, en un contexto donde la esclavitud era una realidad arraigada en la sociedad romana.

La esclavitud en la antigua Roma era una característica definitoria de su sociedad y dominio sobre vastas regiones. Si bien no existen cifras específicas sobre el número de esclavos africanos en Roma durante la época de Pío II, se sabe que la esclavitud fue un componente esencial de la sociedad romana a lo largo de su historia. Los esclavos eran adquiridos de diversas maneras, incluyendo las guerras, pero también a través de la propia sociedad romana, como hijos de esclavos, personas que cedían su ciudadanía y se vendían, o niños abandonados.

La Iglesia Católica experimentó una evolución en su enfoque hacia la esclavitud a lo largo de la Edad Media. San Gregorio Magno, por ejemplo, estableció normas claras para el trato adecuado de los siervos. Además, en diferentes concilios, las Iglesias de Galia, España, Bretaña e Italia se ocuparon de asuntos relacionados con los esclavos, incluida la protección de los esclavos maltratados que buscaban refugio en una iglesia.

En el siglo XVII, la Iglesia recibió cartas de protesta sobre el tráfico de esclavos por parte de capuchinos, jesuitas y obispos. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que la Iglesia llegó a un relativo consenso en la condena de la esclavitud y la alabanza de su abolición. Esta transformación de la postura de la Iglesia se desarrolló en paralelo a un creciente movimiento internacional en contra de la esclavitud y a favor de los derechos humanos.

En 1995, el Papa Juan Pablo II reafirmó la condena de las “infamias”, incluida la esclavitud, emitida por el Concilio Vaticano II, marcando un hito en la historia de la Iglesia en su compromiso con la justicia y los derechos humanos.

Fuente: RLL / Prensa.ec

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