El banano ecuatoriano frente a los retos del cambio climático y la crisis energética

Richard Salazar, Director de Acorbanec, analiza los desafíos que enfrenta el sector bananero ecuatoriano ante la sequía, el déficit energético y la competencia internacional.

El sector bananero, uno de los pilares de la economía ecuatoriana, enfrenta una encrucijada crítica. Los efectos del cambio climático, sumados a la escasez de energía eléctrica, amenazan la producción y exportación del banano. Richard Salazar, Director Ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), ofrece un análisis detallado de la situación actual y las posibles soluciones.

Richard Salazar, Director de Acorbanec

El cambio climático ha comenzado a manifestarse con fuerza en diversas regiones del mundo, afectando gravemente sectores agrícolas como el bananero. Ecuador, siendo uno de los mayores exportadores de banano, ha experimentado una sequía sin precedentes que está afectando la producción. Según Richard Salazar, “el cambio climático ya se está sintiendo en todo el mundo, no solamente en Ecuador”. Las sequías han golpeado fuertemente la provincia de El Oro, un centro clave de producción bananera, donde los sistemas de riego se han visto comprometidos.

El sistema de pozos y la captación de agua de ríos han permitido a algunas plantaciones seguir operando, pero la situación es crítica. El río Jubones, una fuente natural de agua, y los canales de riego gestionados por la prefectura no han sido suficientes, dejando a muchas plantaciones vulnerables a la falta de agua. Las repercusiones de esta crisis podrían extenderse más allá de la producción agrícola, afectando también a industrias relacionadas con el sector bananero.

En el aspecto energético, la situación tampoco es alentadora. Salazar destaca que, aunque la mayoría de las plantaciones utilizan sistemas de bombeo alimentados por combustible, las empacadoras de banano dependen en gran medida de la electricidad. La crisis energética actual ha afectado gravemente a las industrias cartoneras y plásticas, esenciales para el proceso de empaque y exportación de banano. “Sin cajas de cartón, no podemos exportar nada”, comenta Salazar. Aunque algunas empresas han logrado mantenerse mediante la adquisición de plantas de energía propias, la realidad es que muchas otras se encuentran al borde del colapso debido a la falta de suministro eléctrico.

Richard Salazar, Director de Acorbanec

Además, las industrias cartoneras han visto reducidas sus horas de trabajo debido a la escasez de energía, lo que agrava aún más la situación. Salazar advierte que la industria de plásticos también está experimentando problemas similares, lo que podría generar un impacto significativo en la capacidad de exportación del banano ecuatoriano.

Por otro lado, Salazar aborda la posibilidad de abrir el sector energético al capital privado como una solución a largo plazo para resolver la crisis energética. A su juicio, el sector público ha demostrado ineficiencia en la gestión de recursos energéticos estratégicos. La falta de energía eléctrica no solo afecta la producción de banano, sino que tiene consecuencias directas sobre la economía del país, generando desempleo en sectores comerciales e industriales.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el sector bananero ha demostrado resiliencia. Según Salazar, a pesar de una disminución del 15% en la productividad debido al cambio climático, las exportaciones solo han caído un 2%. Esto se debe, en parte, a la producción en plantaciones no registradas que han permitido amortiguar el impacto negativo. Además, la reducción en la oferta ha generado un aumento en el precio de venta del banano, permitiendo a los productores ecuatorianos competir de manera más eficiente en el mercado internacional.

A nivel internacional, la competencia en el sector bananero sigue siendo feroz, con países como Colombia y Centroamérica enfrentando retos similares. Sin embargo, Ecuador ha logrado mantenerse en una posición ventajosa gracias a su capacidad de producción constante y el cumplimiento de estándares exigidos por mercados internacionales como Europa. La “doble cara” de los supermercados europeos, que exigen cumplimiento de normas estrictas pero a menudo compran a países que no cumplen, es una de las realidades con las que los exportadores ecuatorianos deben lidiar.

El futuro del banano ecuatoriano depende en gran medida de cómo se manejen estos desafíos. La implementación de escáneres en los puertos para detectar contaminantes y la inversión en tecnologías de riego eficientes son solo algunas de las soluciones que se están explorando. A pesar de las dificultades, Salazar es optimista: “Estoy seguro de que por estos factores incrementaremos nuestras exportaciones el próximo año”.

El cambio climático ha dejado claro que los parámetros de producción anteriores ya no son útiles para predecir el rendimiento. Sin embargo, el sector bananero ecuatoriano sigue adaptándose a estas nuevas realidades, buscando soluciones innovadoras para asegurar su futuro en el mercado global. ¿Cómo debería Ecuador afrontar los retos del cambio climático y la crisis energética en el sector bananero para garantizar su sostenibilidad a largo plazo?

Fuente: PORTADAS | prensa.ec

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