El 11 de noviembre de 1918, las campanas de la paz resonaron sobre los campos de batalla de Europa. Representantes del Imperio alemán se rindieron ante los Aliados, marcando el inicio del Armisticio de Compiègne. Este tratado puso fin a la lucha en la Primera Guerra Mundial, pero solo fue el preludio de eventos que darían forma al siglo XX.
A las 11:00 del día 11 del mes 11, el Armisticio de Compiègne entró en vigor, silenciando las armas que habían rugido durante años en el Frente Occidental. Fue un momento de alivio y reflexión, pero la paz aún no se sellaba por completo.
Aunque el armisticio puso fin a los combates en el frente, la guerra continuó en el ámbito diplomático. El Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919, y su entrada en vigor el 10 de enero de 1920, finalmente sentenciaron el destino de las naciones involucradas.
Las condiciones impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles generaron un profundo descontento entre su población. Este malestar sirvió como terreno fértil para movimientos nacionalistas y, eventualmente, para el ascenso de figuras como Adolf Hitler.
Hoy, recordamos el Armisticio de Compiègne como el día en que el rugir de la artillería cesó, pero también como el inicio de una posguerra llena de tensiones y desafíos que darían forma al siglo XX
Fuente: RLL / Prensa.ec
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