La crisis del sector pesquero artesanal en Ecuador se agudiza por el alza en los precios de los combustibles.
Los pescadores artesanales de Ecuador están sumidos en una crisis sin precedentes. El aumento en los precios de los combustibles ha devorado sus ganancias, dejándolos al borde de la quiebra y amenazando su sustento y el de sus familias. Jinmy López, presidente de la Federación de Organizaciones Pesqueras Artesanales del Ecuador (FOPAE), alza su voz para exponer la cruda realidad que enfrentan estos trabajadores del mar.
En las costas ecuatorianas, donde el mar es fuente de vida y sustento, los pescadores artesanales libran una batalla diaria contra la escalada de precios del combustible. Jinmy López, líder de la FOPAE, pinta un panorama desalentador: “Imagínate que en este solamente en combustible para la pesca se gastaba 150 dólares. Ahora se gasta 400 dólares para salir a 120 millas y traer una pesca que apenas cubre esos costos”.
La situación es crítica. Los costos operativos se han disparado, mientras que los precios de venta de sus capturas han caído drásticamente. “El pescado que costaba $40, ahora se vende a $5. La pinchagua que valía $12, la compran a $4 o $5”, lamenta López. Esta brecha entre ingresos y gastos amenaza con hundir por completo al sector artesanal.
Pero el problema no se detiene allí. Los pescadores artesanales también enfrentan la amenaza del crimen organizado, que ha encontrado en sus aguas un lucrativo negocio. “Nos quitan los motores, nos roban la pesca y, en algunos casos, ni siquiera regresan los pescadores”, denuncia López con angustia.
La falta de apoyo gubernamental y la inacción de las autoridades han dejado a estos trabajadores del mar a la deriva. “Hemos golpeado puertas internacionales en busca de ayuda, pero las respuestas son muy cortas”, admite el líder pesquero.
Ante esta crisis, la desesperación crece. López advierte que si no se toman medidas urgentes, el 20% de la flota activa y el 10% de los recolectores abandonarán el mar. “No hay solidaridad ni soluciones estructurales por parte del gobierno y las fuerzas armadas”, lamenta.
La situación ha alcanzado un punto crítico, y los pescadores artesanales se preparan para tomar medidas drásticas. López anuncia que este fin de semana se unirán con otros sectores afectados, como los campesinos, para defender su derecho al trabajo digno. “Si no nos dejan caminar, tendríamos que cerrar las vías”, advierte.
En medio de esta tormenta, el llamado de los pescadores artesanales es claro: necesitan acciones concretas que les permitan trabajar de manera sostenible y justa. Piden modernizar su flota, acceder a combustibles subsidiados y contar con el apoyo de las autoridades para combatir la delincuencia organizada que amenaza su seguridad y su sustento.
La crisis del sector pesquero artesanal en Ecuador es un reflejo de las profundas desigualdades y desafíos que enfrenta el país. A menos que se tomen medidas urgentes, el futuro de estos trabajadores del mar y de sus familias se verá sumido en la incertidumbre y la desesperación.
Fuente. Portadas | prensa.ec
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