El 21 de diciembre de 2012, el calendario maya marcó el fin del decimotercer baktún, un ciclo de 5,125 años. Este evento generó especulaciones globales, desde profecías apocalípticas hasta reflexiones sobre un renacimiento espiritual.
El decimotercer baktún, según el calendario de Cuenta Larga de la civilización maya, concluyó el 21 de diciembre de 2012, una fecha que capturó la imaginación colectiva. Mientras los mayas concebían este evento como el cierre de un ciclo y el inicio de otro, diversas interpretaciones modernas distorsionaron su significado, desencadenando teorías apocalípticas en medios y redes sociales.
El fenómeno alcanzó una magnitud global, alimentado por películas, libros y pseudociencias que predijeron desastres naturales, colisiones cósmicas y el colapso de la civilización. Sin embargo, investigadores especializados en cultura maya, como David Stuart, desmintieron categóricamente dichas afirmaciones, explicando que la cosmovisión maya era cíclica y no anunciaba el fin del mundo, sino un periodo de transformación.
La fecha también sirvió como un espejo que reflejó las ansiedades contemporáneas relacionadas con el cambio climático, las crisis políticas y las incertidumbres tecnológicas. En lugar de un cataclismo, el 21 de diciembre pasó como un día ordinario, pero dejó un legado cultural que promovió mayor interés en la astronomía, la arqueología y los sistemas calendáricos de las culturas precolombinas.
Aunque muchos lo consideraron una oportunidad desperdiciada para profundizar en el conocimiento científico y cultural maya, el evento demostró cómo la humanidad sigue buscando respuestas en los calendarios antiguos frente a las incertidumbres modernas.
¿Qué opinas sobre cómo se interpretaron las creencias mayas en el mundo moderno?
Fuente: Prensa.ec
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