El ser sustentables sin dejar de lado la generación de ingresos está cada vez más al alcance de las empresas e inversores, con la ayuda de tecnologías que conducen hacia una gestión cada vez más eficiente de los sistemas y recursos de los edificios, en especial de la electricidad.
El desafío es considerable, ya que los inmuebles consumen alrededor del 30% de la energía mundial y son responsables de casi el 40% de las emisiones globales de dióxido carbono (CO2), tanto por el consumo energético durante su construcción como por su mantenimiento. Es por ello que, para limitar el calentamiento global a 1,5°C para 2050 tras el compromiso mundial (Acuerdo de París 2015), tanto las nuevas construcciones como las existentes deben avanzar hacia la descarbonización, transformándose en edificios Smart.
Su construcción no solo busca eficiencia operativa y automatización de procesos, sino también mejorar el bienestar y la productividad de sus ocupantes. Estas infraestructuras, que incorporan materiales y tecnologías avanzadas, aumentan su valor y atraen a usuarios al proporcionar entornos de trabajo mejorados, cómodos y seguros, así como una amplia gama de servicios.
Según el estudio de la consultora americana Jupiter Research, la cantidad de edificios inteligentes en el mundo llegó a 45 millones en 2022 y se tiene previsto que para 2026 este número ascenderá a 115 millones, lo que revela la creciente demanda de eficiencia energética por parte de empresas y residentes por igual, a medida que aumentan los costos de la energía.
En América Latina, el avance de este tipo de construcciones va de la mano con el compromiso de la sostenibilidad y Ecuador no es la excepción. Daniel Garrido, gerente general de Schneider Electric en Ecuador, destaca la presencia creciente de edificios inteligentes en el país. “Estas obras involucran sistemas tecnológicos que se caracterizan por la optimización de los recursos no solo en consumo de energía, sino también de agua y otros recursos. Un ejemplo, es el renovado edificio de Produbanco en Ekopark, construido con el sistema y la aplicación tecnológica de Schneider Electric; el cual cuenta con un equipamiento en los sanitarios que permite un ahorro del agua en un 60% y el uso de iluminación led para la reducción del consumo eléctrico hasta un 40%”.
Además, los edificios inteligentes están diseñados para ser eficientes desde el punto de vista energético, lo que reduce los costes operativos y las emisiones. Mediante la supervisión y el ajuste de los sistemas, estos pueden reducir el consumo de energía hasta un 50%, reduciendo significativamente sus emisiones y costos operativos. Los avances en tecnología y dispositivos habilitados por el internet de las cosas (IoT) están permitiendo a los propietarios y operadores utilizar big data e inteligencia artificial para tomar decisiones mejor informadas y para reducir los presupuestos operativos.
Más tecnología: EcoStruxure Building Operation
Schneider Electric Ecuador reafirma su compromiso con la mitigación del calentamiento global mediante la creación de herramientas innovadoras. Así es como la organización incrementó en su portafolio de soluciones, la plataforma de software EcoStruxure Building Operation, diseñada para monitorizar, gestionar y controlar eficientemente las operaciones de edificios.
Este software convierte los datos de los dispositivos, sensores y sistemas conectados en información contextualizada procesable. Con esta data se puede hacer un uso más eficiente no solo de la electricidad y de la iluminación, sino de otros sistemas como la ventilación, la calefacción, el aire acondicionado y el control de los accesos a los inmuebles.
Para Garrido, “los principales beneficios de la implementación de esta tecnología son la reducción de facturas por consumo de energía eléctrica, la alta seguridad electrónica de la información generada y la optimización del uso de recursos, lo que impacta de manera positiva en la reducción de la huella de carbono”.
Con esta y otras herramientas de gestión, la disminución de costes energéticos puede ser muy importante, ya que se estima que más de un 30% de la electricidad que se utiliza en los inmuebles se desperdicia.
Fuente: Josselyn Orquera / ATREVIA
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