La falta de previsión y gestión del agua amenaza a sectores clave, desde la agricultura hasta la generación de energía.
El déficit hídrico en Ecuador se está convirtiendo en una crisis recurrente, afectando no solo a la población y al medio ambiente, sino también a la economía y la seguridad alimentaria del país. Este fenómeno, vinculado al cambio climático, exige soluciones inmediatas y de largo plazo para garantizar la sostenibilidad de las fuentes de agua y la resiliencia de los sectores más vulnerables.
El déficit hídrico en Ecuador es una problemática que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años, exacerbada por los efectos del cambio climático. Según Diana Ulloa, Coordinadora de Red Agua Ecuador, la falta de agua no solo afecta al sector agrícola e hidroeléctrico, sino que amenaza la estabilidad económica y social del país. Aunque el cambio climático ha sido un factor determinante, la crisis también responde a una falta de planificación y gestión adecuada de los recursos hídricos.
El escenario es preocupante. La mayor parte de la población se encuentra en la cuenca costera, la cual tiene una disponibilidad limitada de agua, lo que incrementa la demanda y genera conflictos por el acceso. Un ejemplo claro es Quito, que se ve obligada a transportar agua desde la Amazonía para abastecer a la ciudad. Esta dependencia de cuencas distantes, según Ulloa, será cada vez más frecuente si no se toman medidas urgentes para mitigar la escasez de agua.
El impacto de esta crisis no es exclusivo de Ecuador. Países como Brasil y Perú también enfrentan problemas similares en la cuenca del Amazonas, lo que refleja una problemática regional. No obstante, Ecuador se enfrenta a retos particulares, como la necesidad de gestionar sus hidroeléctricas, que dependen directamente de la disponibilidad de agua. La falta de un enfoque preventivo podría llevar a un colapso de este sector vital para la producción de energía.
La ausencia de información histórica es otro obstáculo en la lucha contra el déficit hídrico. Aunque el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) proporciona datos en tiempo real sobre el clima y los focos de incendios, la falta de acceso a registros históricos dificulta la comparación y la previsión a largo plazo. Esto impide que los científicos puedan estimar cómo evolucionarán las sequías y el impacto del cambio climático en el país.
A pesar de estos desafíos, el gobierno ha impulsado acciones como el “bombardeo de nubes” para inducir lluvias, pero estas soluciones son limitadas. La dependencia de factores naturales, como la lluvia, refleja la vulnerabilidad de Ecuador frente a esta crisis. Además, la falta de medidas estructurales, como la conservación de fuentes de agua y la construcción de infraestructura hídrica, agrava la situación.
La conservación de las cuencas hidrográficas es clave para enfrentar esta crisis. Las hidroeléctricas, que dependen de estas fuentes, deben invertir en la protección de los ecosistemas que alimentan los ríos. Si estos ecosistemas continúan degradándose, los embalses se llenarán de sedimentos, lo que reducirá su capacidad de generar energía. Como señala Ulloa, es más rentable conservar los ecosistemas que restaurarlos una vez destruidos.
Chile, que ha sufrido 10 años de déficit hídrico, es un ejemplo de la importancia de la “redundancia de los sistemas”. En lugar de depender de un solo embalse, ha desarrollado infraestructuras interconectadas que aseguran un suministro constante de agua. Ecuador podría aprender de estas estrategias y desarrollar una planificación a largo plazo para enfrentar futuras crisis.
Una de las principales conclusiones del conversatorio organizado por Red Agua Ecuador fue la necesidad de acceso a datos abiertos. Esto permitiría a la ciudadanía y a la comunidad académica realizar investigaciones más robustas y generar estrategias preventivas. Sin embargo, el acceso a la información histórica sigue siendo limitado, lo que impide un análisis exhaustivo del problema.
El uso eficiente del agua también es crucial. La concienciación ciudadana sobre la importancia de ahorrar agua debe ser una prioridad en ciudades como Cuenca, donde el déficit ya es evidente. La experiencia de Colombia, donde el racionamiento de agua en Bogotá ha llevado a un mayor control del consumo, es un ejemplo de cómo la gestión ciudadana puede hacer una diferencia.
Finalmente, es esencial que el gobierno ecuatoriano regule el acceso al agua en tiempos de escasez, priorizando el derecho humano al agua sobre otros usos, como la agricultura o la industria. La planificación a mediano y largo plazo, basada en estudios científicos y en un enfoque sostenible, es la única solución viable para enfrentar la crisis hídrica de manera efectiva. ¿Qué medidas inmediatas deben tomarse para mitigar el déficit hídrico en Ecuador y garantizar la sostenibilidad de las fuentes de agua?
Fuente: PORTADAS | prensa.ec
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