El presidente argentino enfrenta críticas tras promover un token que experimentó una subida y caída abrupta. La oposición habla de posible estafa piramidal y exige transparencia.
Javier Milei, presidente de Argentina, está en el ojo del huracán tras promover en sus redes sociales un token que experimentó una volatilidad extrema, generando ganancias millonarias para algunos y pérdidas para otros. La oposición acusa al mandatario de favorecer una posible estafa piramidal y exige una investigación exhaustiva. ¿Fue un error desafortunado o hay algo más detrás de esta polémica?

El escándalo comenzó cuando Javier Milei, conocido por su presencia activa en redes sociales, promocionó a través de su cuenta de X (antes Twitter) e Instagram un token llamado “Mi Ley”. La criptomoneda, que supuestamente buscaba financiar pequeñas y medianas empresas, experimentó una subida del 500% en cuestión de horas, seguida de una caída igualmente abrupta. Este movimiento generó ganancias rápidas para algunos inversores, mientras que otros sufrieron pérdidas significativas.
La oposición no tardó en reaccionar. Diputados y senadores de la Coalición Cívica acusaron a Milei de haber favorecido una “estafa piramidal” y exigieron una investigación formal. El presidente, por su parte, salió a defenderse con su estilo característico, descalificando a los críticos y asegurando que no tenía ningún vínculo con la empresa detrás del token. Sin embargo, la publicación del enlace directo para adquirir la criptomoneda, que permaneció fijada en su perfil durante horas, levantó sospechas sobre su nivel de involucramiento.
Julio López, un periodista especializado en finanzas, reveló que uno de los dueños de la empresa detrás de “Mi Ley” había tenido un encuentro casual con Milei en el pasado. Aunque no se confirmó una relación directa, la imagen alimentó las especulaciones sobre posibles conflictos de interés. Además, Lilia Lemoine, vocera informal de la Casa Rosada, ratificó la autenticidad del tweet, descartando la posibilidad de un hackeo.

Más allá de la polémica específica, el caso plantea una pregunta incómoda: ¿es ético que un presidente promocione un negocio privado? Expertos en ética y derecho coinciden en que, independientemente de la legalidad, esta acción genera un precedente peligroso. “Un presidente no debería utilizar su influencia para beneficiar a una empresa o activo financiero, ya que esto distorsiona el mercado y puede perjudicar a los ciudadanos”, afirmó un analista económico consultado por Todo Noticias de Argentina.
La volatilidad del token también ha sido objeto de análisis. Según especialistas en criptomonedas, movimientos tan extremos en tan poco tiempo son indicativos de prácticas especulativas, lo que aumenta el riesgo de fraude. “Esto no es inversión; es una apuesta de alto riesgo que puede dejar a muchas personas en la ruina”, señaló un experto en finanzas digitales.
El escándalo llega en un momento delicado para el gobierno de Milei, que enfrenta varios frentes políticos. En el Congreso, se debate la suspensión temporal de las elecciones primarias (PASO), la aprobación de la ley de “ficha limpia” y la designación del hijo del presidente en un cargo clave. Según fuentes cercanas al gobierno, existe una negociación implícita entre el oficialismo y la oposición: el apoyo a la designación del hijo de Milei a cambio de frenar la ley de “ficha limpia”.
El caso de “Mi Ley” no solo ha puesto en tela de juicio la ética de Javier Milei, sino que también ha expuesto los riesgos de las criptomonedas en un mercado poco regulado. Mientras la oposición exige respuestas, una pregunta queda flotando en el aire: ¿hasta qué punto un presidente puede involucrarse en la promoción de activos financieros sin comprometer su imparcialidad y la confianza de los ciudadanos?







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