Con un resurgir palpable, Túnez se erige como un destino turístico imperdible, donde la historia se entrelaza con la modernidad y la naturaleza deslumbra en cada rincón. Desde la bulliciosa capital hasta los remotos oasis del desierto, este país norteafricano ofrece una experiencia única para los viajeros ávidos de descubrimiento y aventura.

En Túnez capital, la mezcla de la ciudad moderna con la encantadora Medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, cautiva a los visitantes con su laberinto de callejuelas, zocos vibrantes y magníficas mezquitas como la de Ezzitouna, que data del año 703. El recientemente reabierto Museo del Bardo deslumbra con su extensa colección de arte y arqueología, destacando los famosos mosaicos romanos.
Recibe muy temprano las portadas
de los periódicos
más influyentes del mundo.
¡Únete ahora!.
Las ruinas de Cartago, testigos del esplendor romano, y la mítica ciudad de Dougga ofrecen un fascinante viaje en el tiempo a la antigua civilización mediterránea. Mientras tanto, Sidi Bou Said, con sus calles blancas y azules, enamora a los visitantes con su atmósfera bohemia y sus impresionantes vistas al golfo de Túnez.
En la costa del golfo de Hammamet, ciudades como Hammamet y Sousse deslumbran con su esencia mediterránea, mientras que Monastir, con su imponente Ribat y el Museo de Arte Islámico, nos transporta a épocas pasadas.
En el corazón del país, Kairouán deslumbra con su Gran Mezquita, mientras que El Djem sorprende con su majestuoso anfiteatro romano, escenario de antiguos espectáculos y del Festival de Música Sinfónica de El Djem en la actualidad.
El viaje al sur nos lleva a través del impresionante paisaje del Chott el-Jerid, un desierto de sal donde los espejismos dan la sensación de un mundo irreal. Tozeur, con su inmenso palmeral y sus oasis, es la puerta de entrada al desierto, mientras que los antiguos pueblos trogloditas de Chenini y Matmata ofrecen una visión única de la vida en el desierto.
Finalmente, la isla de Djerba nos recibe con sus playas de arena dorada, sus encantadores pueblos y su rica historia, que se remonta a miles de años atrás. Con sus sinagogas ancestrales y sus talleres de alfarería, Djerba es un destino que cautiva a todos los que tienen el privilegio de visitarlo.
En resumen, un viaje a Túnez es mucho más que unas simples vacaciones: es una experiencia transformadora que nos sumerge en la historia, la cultura y la belleza natural de este fascinante país norteafricano.
Fuente: Prensa.ec
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.