Crisis hídrica en Napo: la minería amenaza la vida y la biodiversidad

José Moreno denuncia la vulneración de derechos y llama a la acción ante la emergencia ambiental y social en la Amazonía ecuatoriana.

La provincia de Napo enfrenta una de las peores crisis humanitarias de su historia. La contaminación y la falta de agua potable, producto de la actividad minera, han llevado a las comunidades al límite. José Moreno, presidente del Consejo de Defensores de los Derechos Humanos y la Naturaleza, expuso esta problemática y sus graves consecuencias durante una entrevista en el medio digital A Primera Hora.

José Moreno, presidente del Consejo de Defensores de los Derechos Humanos y la Naturaleza

Napo, conocida como el corazón de la Amazonía ecuatoriana, ha sido víctima de la actividad minera durante años. Según José Moreno, las concesiones mineras han afectado severamente las cuencas hídricas, dejando a comunidades enteras sin acceso a agua potable. El cantón Carlos Julio Arosemena Tola, rodeado de ríos, es uno de los casos más alarmantes: el 84% de su población consume agua directamente de fuentes contaminadas.

El impacto ambiental ha sido devastador. Según datos recientes, más de 1.474 hectáreas están comprometidas debido a la minería, tanto legal como ilegal. Moreno destacó que los ministerios responsables, como el de Minas y Ambiente, no han cumplido con una sentencia emitida hace tres años que exige la restauración de los pasivos ambientales en la provincia.

Además del daño ambiental, la crisis afecta gravemente a los sectores más vulnerables: niños, niñas, adolescentes y adultos mayores. La contaminación con mercurio y cianuro en el agua está directamente vinculada a problemas de salud graves, incluyendo un alarmante aumento en embarazos adolescentes en las zonas mineras. Moreno alertó sobre la presencia de grupos armados vinculados a la minería, que han desplazado a las comunidades mediante amenazas y violencia.

José Moreno, presidente del Consejo de Defensores de los Derechos Humanos y la Naturaleza

En el ámbito agrícola, la situación es crítica. Las mejores tierras productivas de Napo, situadas a orillas de los ríos, están contaminadas. Esto no solo amenaza la seguridad alimentaria, sino también la posibilidad de una vida digna para las comunidades amazónicas.

Pese a la gravedad de la situación, el gobierno no ha tomado medidas efectivas. La falta de cumplimiento de la sentencia por parte de las autoridades ecuatorianas llevó al Consejo de Defensores a solicitar la intervención de la Corte Constitucional y organismos internacionales, como las Naciones Unidas. Durante una reunión reciente, líderes comunitarios y sociales ratificaron su compromiso con la resistencia pacífica, exigiendo justicia para las comunidades afectadas.

Moreno hizo un llamado a todos los ecuatorianos para que reconozcan la importancia de la Amazonía como fuente de vida para el país y el planeta. “El agua es vida”, afirmó, subrayando que su protección es responsabilidad de todos.

La situación en Napo plantea preguntas inquietantes sobre el futuro de la Amazonía: ¿Seguirá el Estado priorizando los intereses extractivistas sobre los derechos humanos y la conservación del ambiente?

Fuente: A Primera Hora | prensa.ec

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