En una sesión, los concejales repudiaron las declaraciones de Martín Pallares y Pablo Guerrero, quienes asociaron el voto de la costa con la delincuencia. La resolución fue aprobada por 14 votos a favor y una abstención.
El Concejo Municipal de Guayaquil aprobó por amplia mayoría declarar como “personas no gratas” al periodista Martín Pallares y al abogado Pablo Guerrero, tras sus polémicas declaraciones que vincularon el voto costeño con el narcotráfico. ¿Fue esta una decisión necesaria para defender la dignidad de los guayaquileños o un acto de censura?

El Concejo Municipal de Guayaquil, liderado por el alcalde Aquiles Álvarez y la vicealcaldesa Blanca López, tomó una decisión contundente: declarar como “personas no gratas” al periodista Martín Pallares y al abogado Pablo Guerrero. La resolución, propuesta por la concejala Soledad Diab, fue aprobada con 14 votos a favor y una abstención, la de la concejala Ana Choez.
El detonante de esta decisión fueron las declaraciones de Pallares y Guerrero en el contexto de las elecciones presidenciales del 9 de febrero de 2025. Pallares afirmó: “Veamos las provincias donde más grande es el narcotráfico, más intenso es el fenómeno y cómo se produce la votación”. Por su parte, Guerrero señaló: “Guayaquil al votar de forma importante por Luisa nos demuestra por qué es el cantón con mayor delincuencia en el país”.
Estas palabras fueron interpretadas por los concejales como un ataque directo a la dignidad de los guayaquileños y a la democracia. “No podemos permitir que se estigmatice a nuestra ciudad y a sus habitantes como delincuentes o narcotraficantes solo por ejercer su derecho al voto”, afirmó Soledad Diab durante su intervención.

La sesión no estuvo exenta de momentos emotivos y contundentes. La concejala Emily Vera destacó: “Pensar diferente no nos vuelve ni delincuentes ni narcotraficantes. Guayaquil y su gente merecen respeto”. Por su parte, Nelly Pullas hizo un llamado a la unidad: “No podemos seguir permitiendo que nuestra ciudad sea el centro del odio. Debemos aprender a dar con guante blanco a quienes no están generando sentimientos de unión”.
Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo. Ana Choez, la única concejala que se abstuvo, defendió la libertad de expresión: “La libertad de análisis y de prensa debe ser defendida, pero no puede usarse para tergiversar hechos”. Aunque reconoció que las declaraciones de Pallares y Guerrero fueron inadecuadas, consideró que la resolución del Concejo podría ser interpretada como una estrategia política.
Los concejales Alfredo Bautista y Arturo Escala fueron contundentes al defender la decisión del pueblo en las urnas. “El señor de las alturas esperaba ganar en primera vuelta y se estrelló. Más del 55% votó en contra de él”, afirmó Bautista, refiriéndose al presidente Daniel Noboa. Escala, por su parte, añadió: “Nosotros no podemos jugar al juego de estos señores. Guayaquil se respeta”.
La concejala Cinthia García también se sumó al repudio: “El votante se respeta. Guayaquil se respeta. No podemos permitir que se nos etiquete como delincuentes por ejercer nuestro derecho al voto”.
La sesión concluyó con un llamado a la unidad y al respeto por la democracia. El alcalde Aquiles Álvarez recordó a los guayaquileños que “aquí no hay odio, aquí hay amor en esta mesa de trabajo”. Sin embargo, la pregunta queda en el aire: ¿esta decisión del Concejo contribuirá a sanar las heridas de una sociedad polarizada o profundizará la división entre regiones y sectores políticos?
En un país marcado por la polarización, la decisión del Concejo de Guayaquil de declarar “personas no gratas” a Pallares y Guerrero refleja la tensión entre la defensa de la dignidad y la libertad de expresión. ¿Será este un paso hacia la reconciliación o un nuevo capítulo en la división del Ecuador?
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