Bogotá en crisis: La lucha diaria por el agua potable en una ciudad al borde del colapso

Con racionamientos que duran hasta dos días y tuberías obsoletas, Bogotá enfrenta una crisis hídrica que exige soluciones urgentes y un cambio radical en la gestión del agua.

En Bogotá, el agua potable se ha convertido en un recurso escaso. Con cortes que dejan a miles de hogares sin servicio por más de 24 horas y tuberías que devuelven agua contaminada, la ciudad enfrenta una crisis que pone en evidencia décadas de infraestructura descuidada. ¿Podrá Bogotá superar esta emergencia antes de que sea demasiado tarde?

Bogotá en crisis: La lucha diaria por el agua potable en una ciudad al borde del colapso

El problema no es solo la falta de agua, sino también su calidad. Cuando el servicio se restablece, el líquido que llega a los hogares suele estar mezclado con sedimentos. Esta situación, que se repite en numerosos barrios, ha llevado a los ciudadanos a buscar soluciones improvisadas, como almacenar agua en baldes y botellas, mientras esperan que el líquido vuelva a ser potable.

Los racionamientos, implementados para reducir el consumo de agua, han logrado disminuir el gasto de 19 a 16 metros cúbicos por segundo. Según expertos, esta reducción se debe en parte a las medidas de ahorro ciudadano y en parte a los cortes programados. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta cuándo será sostenible esta estrategia?

El verdadero problema radica en la infraestructura. El 37% del agua que transporta el acueducto de Bogotá se pierde antes de llegar a su destino. Estas pérdidas se dividen en dos categorías: técnicas y comerciales. Las primeras, también conocidas como pérdidas físicas, ocurren por la rotura de tuberías viejas, algunas con más de 60 años de antigüedad. Las segundas, en cambio, están relacionadas con conexiones ilegales y alteraciones intencionales de los medidores, prácticas que, según los expertos, son más comunes en grandes consumidores que en hogares individuales.

Bogotá en crisis: La lucha diaria por el agua potable en una ciudad al borde del colapso

Frente a esta crisis, un equipo de 34 expertos trabaja en un plan detallado para modernizar el sistema de distribución de agua en Bogotá. Entre las soluciones propuestas se encuentran la instalación de tuberías nuevas, la implementación de medidores modernos y un control más estricto de las conexiones ilegales. Sin embargo, estos cambios requieren tiempo y una inversión significativa, dos recursos que la ciudad no puede darse el lujo de desperdiciar.

La temporada de lluvias, que ya ha comenzado, ofrece un respiro temporal, pero no resuelve el problema de fondo. El racionamiento ha ayudado a estirar las reservas, pero no es una solución a largo plazo.

Bogotá se encuentra en una encrucijada. La crisis del agua no solo expone las fallas de una infraestructura envejecida, sino también la necesidad de un cambio profundo en la forma en que la ciudad gestiona sus recursos hídricos. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá Bogotá transformar su sistema antes de que la escasez de agua se convierta en una emergencia irreversible?

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