El ambicioso plan de Beijing busca posicionarse como competidor clave en la carrera espacial de comunicaciones globales
El lanzamiento de los primeros satélites de la constelación “Thousand Sails” marca un hito en los esfuerzos de China por construir su propia red de internet global, compitiendo directamente con Starlink, el gigante liderado por Elon Musk.
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China ha dado un paso significativo en su ambición de construir una constelación de satélites que compita con Starlink, la red global de internet de SpaceX. La empresa estatal Shanghai Spacecom Satellite Technology (SSST) lanzó recientemente los primeros satélites de su plan “Thousand Sails”, diseñado para desplegar más de 15,000 satélites en órbita baja terrestre (LEO) para 2030. Este movimiento subraya la creciente importancia estratégica y militar que Beijing otorga a la ocupación de los cielos en la era de la hiperconectividad.
El despliegue inicial de 18 satélites desde el Centro de Lanzamiento de Taiyuan, en la provincia de Shanxi, es solo el primer paso de una estrategia a largo plazo que busca proporcionar cobertura global de internet para 2027. Comparado con Starlink, que ya cuenta con más de 7,000 satélites en órbita, China enfrenta una carrera contrarreloj. La clave de este plan radica en la capacidad de SSST para aumentar la frecuencia de lanzamientos y alcanzar una producción masiva de satélites a tiempo.
El control del espacio en la órbita baja no solo representa una ventaja comercial. Los expertos militares chinos, analizando el uso de Starlink en el conflicto de Ucrania, han advertido sobre las implicaciones estratégicas de este tipo de redes satelitales. La capacidad de estas constelaciones para brindar comunicaciones seguras y estables en conflictos armados es uno de los factores que preocupa a Beijing, lo que ha llevado a un aumento en la inversión para cerrar la brecha tecnológica con SpaceX.
El plan “Thousand Sails” prevé desplegar 648 satélites para 2025, logrando una cobertura regional antes de expandirse a nivel global. Sin embargo, los desafíos son múltiples. La capacidad actual de China para fabricar satélites y lanzar cohetes a gran escala está en desarrollo, y aunque el país ha hecho avances significativos en la producción de satélites, la infraestructura de lanzamientos sigue siendo un obstáculo. Según estimaciones, para cumplir con la meta de 15,000 satélites, se necesitarán alrededor de 300 lanzamientos antes de 2030.
El crecimiento acelerado de la industria espacial china refleja la ambición de Beijing de ser líder en el ámbito tecnológico y militar del futuro. El enfrentamiento con Starlink no solo es una lucha por dominar el espacio comercial, sino también por establecer un control estratégico del ciberespacio desde las alturas. La pregunta que surge es: ¿podrá China mantener el ritmo de lanzamientos necesarios para alcanzar su ambicioso objetivo o se quedará rezagada frente a su competidor occidental?
Fuente: prensa.ec
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