La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) celebró recientemente su reunión anual en Egipto para establecer medidas de manejo y conservación de las poblaciones de atunes y especies afines en el Océano Atlántico.
Para analizar los resultados, Alondra Santiiago y Guillermo Morán de Azul Sostenible entrevistó a Cadu Villaça, Presidente de Conepe (Colectivo Nacional de Pesca y Agricultura de Brasil) y miembro de Alpescas (Alianza Latinoamericana por la Pesca Sustentable y Seguridad Alimentaria).
ICCAT está conformada por 52 países costeros del Atlántico, desde Europa hasta América del Sur y África, siendo una organización clave para el manejo regional de los atunes. Para Brasil es fundamental pertenecer, ya que sus aguas albergan poblaciones de varias especies que se desplazan por todo el Atlántico.
Según Villaça, ICCAT busca establecer límites de captura por especies y distribuir oportunidades de pesca entre los países miembros, considerando aspectos económicos y de desarrollo pesquero.
Si bien algunas ONG’s criticaron los resultados de ICCAT 2022, Villaça opina que hubo avances en conservación, pero sigue siendo un proceso complejo que requiere cesiones entre países ante intereses distintos.
Destaca la prohibición del descarte de aletas de tiburón desprendidas del cuerpo, práctica no permitida en Brasil. También la adopción de límites de captura para algunas especies como el pez espada y medidas para proteger tiburones oceánicos.
No obstante, no se logró acuerdo en límites de captura para los túnidos tropicales ni en estrategias de ordenación para el patudo. Como aspecto pendiente, resalta la necesidad de cambiar los criterios de distribución de oportunidades de pesca basados en históricos de captura que limitan a países en desarrollo.
Villaça considera positivo el creciente posicionamiento de Conepe y Alpescas para exigir más derechos en ICCAT. La agregación de países da mayor fuerza para argumentar por más acceso y crecimiento de flotas artesanales, con base en la sostenibilidad y la ciencia. Esto se refleja en el reciente reconocimiento de Alpescas como observador en ICCAT y la FAO.
Brasil cuenta con una extensa Zona Económica Exclusiva con poblaciones de varias especies de atunes, pero históricamente su pesca ha estado dominada por flotas de Asia y Europa.
Sin embargo, Villaça ve potencial para el crecimiento de una flota atunera brasileña. De hecho, en 2022 ICCAT incrementó la cuota de Brasil hasta 30 mil toneladas anuales para la especie más importante en sus aguas: el rabil. Esto requerirá inversiones en infraestructura y tecnología, así como marcos regulatorios que den seguridad jurídica a los armadores nacionales interesados en desarrollar esta pesquería.
Fuente: Azul SOStenible | prensa.ec
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