La muerte del Papa Francisco deja un vacío en la Iglesia Católica, mientras miles de creyentes acuden a despedirlo en Roma. ¿Qué rumbo tomará la Iglesia tras su partida?
Desde el amanecer, fieles de todo el mundo llegan a la Basílica de Santa María la Mayor para honrar al pontífice que revolucionó la Iglesia con su humildad y mensaje de inclusión.

El lunes 21 de abril de 2025, el mundo despertó con la noticia que nadie esperaba: el Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y uno de los líderes más influyentes de la Iglesia Católica moderna, había fallecido a los 88 años. Desde entonces, Roma se ha convertido en el epicentro de un peregrinaje masivo. Miles de fieles, muchos de ellos llegados desde todas partes del mundo, han formado largas filas frente a la Basílica de Santa María la Mayor, donde yacen los restos del Papa. Su decisión de ser sepultado en una tumba sencilla, lejos del Vaticano, ha dejado un mensaje claro: humildad hasta el final. Pero más allá del dolor y el homenaje, la muerte de Francisco abre un capítulo de incertidumbre para la Iglesia. ¿Quién será su sucesor y qué rumbo tomará el catolicismo en un mundo dividido?
La Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma, se ha convertido en un símbolo del legado de Francisco. Desde el amanecer del domingo, miles de personas han llegado para rendirle homenaje. “Sentía que tenía que estar aquí”, dijo una mujer que hizo fila desde las 5:00 de la mañana. “Fue un gran papa. Dejó un mensaje muy poderoso, un llamado a ayudar a los necesitados, a los pobres”. Este sentimiento es compartido por muchos de los presentes, quienes ven en Francisco a un líder que no solo transformó la Iglesia, sino que también tocó sus corazones con su cercanía y humanidad.
Francisco, cuyo pontificado comenzó en 2013, fue el primer papa en más de un siglo en no ser sepultado en el Vaticano. Su decisión de reposar en Santa María la Mayor, en una tumba sin adornos, ha sido interpretada como un gesto de coherencia con su estilo de vida sencillo y su compromiso con los más vulnerables. “Es una tumba sencilla que nos recuerda a una persona tan grande en una piedra tan pequeña”, comentó un visitante. Este acto final refleja el pontificado de un hombre que puso a los pobres y marginados en el centro de su misión.

La peregrinación a Santa María la Mayor comenzó el día después de los funerales de Estado, que se llevaron a cabo en la Basílica de San Pedro. Desde entonces, la afluencia de fieles no ha cesado. Según las autoridades, al menos 30.000 personas visitaron la basílica el primer día que abrió sus puertas al público. Entre ellos, destacaron la presencia de cardenales de todo el mundo, quienes oficiaron una misa en honor al pontífice fallecido. Este acto simbólico marcó el inicio de un proceso que culminará con la elección de un nuevo papa en el cónclave, que se espera comience en las próximas semanas.
Sin embargo, la elección del sucesor de Francisco no será un proceso sencillo. Dentro de la Iglesia existen divisiones profundas sobre el rumbo que debe tomar el catolicismo en el futuro. Mientras algunos cardenales abogan por la continuidad del legado de Francisco, otros ven su pontificado como una era de “ambiguëdad” que debe ser corregida. Esta tensión quedó evidente en las declaraciones del cardenal alemán Mula, quien afirmó que con la muerte de Francisco “acaba la era de la ambigüedad con los transexuales y con los homosexuales en la Iglesia Católica”. Estas palabras generaron un debate intenso entre los miembros de la congregación cardenalicia, que en los próximos días deberá definir el futuro de la Iglesia.
El legado de Francisco es complejo y multifacético. Por un lado, su enfoque en la justicia social, la inclusión y la lucha contra la pobreza le granjeó el respeto de millones de personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Por otro lado, sus posturas sobre temas como el cambio climático, la inmigración y los derechos humanos generaron resistencia en sectores más conservadores del catolicismo. Su estilo directo y su capacidad para conectar con la gente común lo convirtieron en una figura querida, pero también polarizadora.
La elección del próximo papa será crucial para definir si la Iglesia seguirá el camino trazado por Francisco o si optará por un enfoque más tradicional. Las próximas semanas serán decisivas, ya que los cardenales se reunirán en la congregación cardenalicia para establecer alianzas y definir sus posturas de cara al cónclave. Mientras tanto, los fieles continúan llegando a Santa María la Mayor, no solo para despedir a un líder querido, sino también para reflexionar sobre el futuro de una institución que enfrenta desafíos sin precedentes.
La muerte de Francisco deja un vacío en la Iglesia Católica, pero también una oportunidad para reflexionar sobre su legado y el rumbo que debe tomar en el futuro. Mientras los fieles continúan rindiendo homenaje al “papa de los pobres”, la pregunta que queda en el aire es: ¿logrará la Iglesia honrar su memoria y seguir su ejemplo de humildad, inclusión y justicia social, o sucumbirá a las divisiones internas que amenazan con fracturarla?







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